martes, 7 de febrero de 2017

Imposibles conversacionales

Aunque en mi vida en 3D hablo como si o fueran a prohibir (en cuanto a cantidad y ritmo) la verdad es que charlar en otro tipo de soportes se me da bastante peor. Las conversaciones telefónicas, por ejemplo, no me molan. No ves la expresión facial del otro, ni te queda claro si ha terminado ya su intervención y te toca contestar, ni sabes si está centrado en lo que le dices o haciendo siete cosas a la vez y por tanto a por uvas de todo. Tampoco soy precisamente la reina de los grupos de whatsapp, dada mi infinita capacidad de cambiar unas letras por otras en un intento involuntario de inventar un idioma nuevo. Pero si hay algo que se me da mal es charlar por internet. De verdad, en eso soy una negada absoluta.

Lo sé y lo asumo. Soy consciente de que por ese medio se me ocurren mucho menos temas de conversación, que escribo tan lento que al otro le crecen las uñas de los pies esperando mi respuesta y que el nuevo idioma que intento involuntariamente crear en whapsapp también lo aplico aquí. Pero aún reconociendo mi inutilidad extrema en este campo concreto tengo que deciros que no soy la peor que me he encontrado por estos lares. Ni de coña.

Porque a ver, no creo que sea mucho pedir un signo de puntuación de vez en cuando. No voy a exigir que distingas entre punto y punto y coma (que no lo tengo claro ni yo) pero saber si has acabado de hablar o si vas a seguir escribiendo no me vendría mal. Como también sería positivo que me dieras una pista en forma de interrogante sobre si tu última frase es una pregunta o una afirmación o que usaras alguna mayúscula en el caso de que exista un punto invisible que marca sólo en tu mente el final de tus palabras.

Otra tema que ayudaría un montón sería concretar un poquito. No mucho, ¿eh? Lo justo y necesario. Preguntas como "¿Tienes algún interés?" dejan, sin duda, un gran espacio a la creatividad del que tiene que contestar, que no sabe si contarte el tipo TAE que le aplican en su entidad bancaria o explicarte sus aficiones o defender a capa y espada su personalidad y valía que POR SUPUESTO interesan a más de uno y más de dos.

Y bueno, lo que sería ya la repanocha montada en bicicleta es que el del otro lado de la pantalla pusiera algo de su parte para que la pelota conversacional pasara al otro campo. Porque a ver, vamos a hacer un repaso rápido, por si el tema no está claro. Primero pregunto yo. Después te toca a ti responder. Y después es mi turno de nuevo. Y vale, que sí, que me toca a mi otra vez, pero que algo de material has tenido que poner tú para que yo pueda devolverte la bola. Si contestas sin más, el tiro pierde fuerza y no pasa la red para llegar hasta mi cancha. Cuenta algo interesante, o hazme una pregunta o relacionalo con otro tema. Dinamiza el juego con un raquetazo contundente o el partido se va a acabar en un plis, ya te lo digo...

No sé, igual es que pido imposibles. Va a ser eso...

3 comentarios:

  1. Yo también odio hablar por teléfono. De hecho a veces si voy a llamar a algún sitio a informarme de algo suelo escribirme en un papel las primeras frases para no liarme y parecer tonta. Patético, lo sé.

    Y no creo que haya escrito un punto y coma en la vida.

    Conocer gente por internet? Ufff, me tendría que remontar a los tiempos del chat de terra, que no sé ni si seguirá existiendo. Era durante el apogeo del messenger. Pero nunca me gustó. Eso de que de pronto el otro desapareciese sin despedirse y no supieras si iba a volver no era para mí.

    Besos :)

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  2. Si no hay juego...fin de partido.Y alguien que no puntúa no vale la pena.
    Llámame radical y a buscar otro contrincante que tiene que haberlos muy interesantes.Sobre todo sin verles la cara.
    Te he de decir que cuando empezó esto de los chats a mi me echaban de todos por mi tono agresivo, que yo creía solo sincero, y tuve que aprender a suavizarlo.
    También es verdad que en el cara a cara siempre me dicen que hay que saber aguantarme un par de asaltos de entrada para que consiga relajarme.
    Por "watts" si que es difícil porque el tono es muy complicado pillarlo.
    Pero por teléfono no veo dificultad.
    Me parece de valientes que prefieras el cara a cara de entrada.

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  3. Las conversaciones virtuales... suelen ser demasiado virtuales, sobre todo en algún tipo de medios en los que la gente adopta un pose y pierde toda la naturalidad. Los que la tienen, claro, que mucha gente nunca la ha tenido...
    Besos.

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¡Eh, no te vayas sin decir nada! No tengo el superpoder de leerte la mente.