Según el siempre sapientísimo San Google, fotogénico no tiene antónimo, lo cual me deja sin título para esta entrada y con la obligación de inventarme un palabro para contaros lo que os quería contar. Así que me tengo que sacar uno de la manga. Por ejemplo, un, dos, tres, responda otra vez: -1 en fotogenia.
Y ese, desde luego, es una de mis superpoderes negativos más desarrollados. No es que en 3D sea aspirante a finalista en la próxima edición de Miss Universo, pero bueno, ahí vamos. Con mis puntos fuertes y mis defectos, como todos, pero me defiendo. Ahora, es que me apunten con una cámara y... bueno, no tengo palabras. Me pasa exactamente lo mismo que a Chandler en este episodio de Friends.
E-xac-ta-men-te lo mismo. No lo puedo evitar. Me enfoca un objetivo, de lo que sea (vídeo, fotos...) y me salen unos caretos que dan miedito. Flipante, en serio.
Como yo no soy una loca de la fotografía, el tema no me preocupa demasiado. Es una lata cuando me toca hacer un curriculum actualizado y no tengo una imagen mía en la que no parezca una terrorista, pero como contemplar mi HO-RRO-RO-SO DNI me tiene bien entrenada, tampoco me quita el sueño. Pienso que la empresa que me contrate estará llena de valientes que no le tienen miedo a nada (ni siquiera a mujeres con intención de detonar bombas) y arreglado. Pero, ¡ay, amigos! con internet y las redes sociales hemos topado. Ahí mi pasotismo fotográfico no me sirve para nada.
Porque internet ES IMAGEN y, desgraciadamente para los que ya tenemos cierta edad, convivimos con la generación selfie. Estos chavales que ya jugaban con el móvil de sus padres desde la cuna, que teclean mucho mejor a ordenador de lo que escriben a mano y que no saben lo que es un diccionario porque todas sus dudas las han consultado on line. Esos que hasta ahora eran chavales y que se han convertido en adultos jóvenes que conocen el smartphone como al palma de su mano y dominan completamente el (no tan sencillo) arte de sacarse fotos con ese aparatito: la luz, el encuadre, el gesto... no hay error en sus disparos. Es la perfección hecha selfie, esa foto de perfil en la que parecen top models vengan con la cara que vengan de fábrica.
Esos son ellos, el Homo Selfie, la siguiente generación, unos especímenes que han mutado para adaptarse a la siempre temible y llena de competencia selva digital. Quien se adapta sobrevive, ya lo decía Darwin. Y frente a ellos quedamos sus antepasados, nada preparados para los nuevos peligros y amenazas interneteros. Nos reconoceréis porque nuestra imagen de perfil está tomada por otro, con cierta distancia, seguramente en la playa o durante el transcurso de alguna excursión y si me apuras la hemos escaneado de una foto previamente revelada en papel.
Sí, esos somos nosotros. Y la verdad, no sé si seremos capaces de sobrevivir. Tengo miedo. ;P
¡Qué grande! ¡Qué razón tienes! Yo siempre me vi un poco identificado con Chanandler Bing porque siempre cierro los ojos cuando me hacen una foto :P Aunque bueno, alguna vez tengo la suerte de quedar bien sin ser de esta new generation.
ResponderEliminarMuy cierto jajaja yo salgo bien siempre de espaldas jajaja
ResponderEliminarNo me gusta friends, no me gustan los selfies
ResponderEliminarsin embargo la tal monica es graciosica mmmmm
de que iba este post???
desorden mental!!
muaks
Holden, quedas bien de vez en cuando en las fotos???? Qué suertudo!!! jajaja
ResponderEliminarPapacangrejo, ¡yo de espaldas también! ¿Qué casualidad! jajaja
ECDC, ¿¿¿que no te gustaba Friends?? ¡¡Tú estás mal de la cabeza!! Y Mónica era el peor personaje de todos!!!