Ya os conté que mi guerra contra lo kilos iba regulera. Endurecí la política de ajuste y racionalización de ingesta de calorías, saqué las tijeras favoritas de Rajoy y sus compinches e hice recortes en mi dieta. Muchos recortes, de hecho. Peeeeeeeeeero, que si quieres arroz, Catalina. Mi báscula seguía sin darse por aludida.
Así que decidí recurrir a la artillería pesada, hacer caso a la siempre sabia Pseudo y poner en práctica el consejo que me dio en esta entrada: sacar del terreno de juego alimenticio al gluten y la lactosa. Tarjeta roja, expulsión directa. Al banquillo.
No parecía un plan muy complicado, hasta que te introduces en el maravilloso mundo de las etiquetas alimenticias y descubres que todo, absolutamente todo, lleva gluten. O lactosa. O las dos cosas a la vez. Y claro, entonces empiezas a sospechar por qué quitar esos elementos de la dieta es tan eficaz: Porque reduce los productos permitidos a aire y agua. Y bien es cierto que el aire y el agua no engordan nada de nada, es verdad.
Así las cosas, yo estos días más que hambre, tengo ansia viva, que diría José Mota. Empecé el martes y ya me siento más o menos así.
Que vosotros me llamaréis exagerada hasta que os diga que un día ya no soportaba más mi jornada laboral sin comer algo y no encontré en la tienda de al lado de mi curro ningún elemento permitido excepto pepinillos en vinagre. Así que ya me veis allí, engulliendo pepinillos como si no hubiera un mañana ante el desconcierto general de compañeros de trabajo y clientes que no hacían más que preguntar: Pero, ¿a qué huele aquí? ¿A vinagre?
Si, hijos míos, sí, a vinagre. No me hagáis hablar, anda...
Más efectivo es quitar todo lo que llevé azúcar, aunque igual de complicado, hasta el jamón cocido lleva.
ResponderEliminarÁnimo Speedy, que tú puedes :P Ya verás como este año tienes tipazo para navidades jajaja Yo por mi parte también estoy cuidando mi línea y manteniéndome en forma. Línea curva y forma de pera, se entiende. ¡Ánimo!
ResponderEliminarjeje, pobrecica, hambrienta en el trabajo :D
ResponderEliminarHay teóricos que dicen que la clave está en comer utilizando platos pequeños: así comes de todo pero en pequeña cantidad. Pero ya se sabe que en estos casos "del dicho al hecho hay un trecho" :D
En fin, suerte con la dieta. Y con los pepinillos. :D
Puedes comer ensaladas de arroz, legumbres y purés de verduras que llenan de primero.
ResponderEliminarCarne y pescado de segundo.
Fideos de arroz por la noche.
Para picar anchoas, frutos secos y aceitunas.
Tortitas de arroz entre horas.
chocolate negro para la ansiedad.
Solo quince días, ya llevas dos...
Y anda deprisa media hora dos veces al día para la ansiedad.
ResponderEliminarPapa Cangrejo, qué me vas a contar, el jamón cocido no sólo lleva azúcar... ¡también lleva lactosa! Definitivamente, lo del azúcar lo veo imposible, ab-so-lu-ta-men-te todo lleva azúcar. Y sal.
ResponderEliminarHolden, para navidad todos calvos, pero se agradecen los ánimos, jajaja
Tarambana, lo de los pepinillos está empezando a pasar de castaño oscuro. Ya escribiré una entrada, ya...
Pseudo, gracias por todas esas ideas, pero los purés de verduras... ¡¡llevan lactosa!! ¡Menudo bajón cuando lo vi! jajaja Lo de los fideos de arroz no lo había oído nunca, ya lo buscaré. Todo lo demás me lo apunto. Y sobre lo de andar tengo que decirte que por fin me he apuntado al gimnasio, que llevo dos días y que ya haré una entrada ya... porque ahí ¡hay mucha tela que cortar! ;P
Deduzco que no cocinas, el puré no lleva lactosa, la crema sí.
EliminarEs solo agua, verduras, sal, especias al gusto y ya.
Si compras envasado vete a la zona de intolerancias, ecológico o macrobiótico para encontrar cosas sin lactosa pero te saldrá más caro.
Los fideos de arroz son los que usan los chinos.¿Y de dónde trajo la pasta Marco Polo?