domingo, 30 de octubre de 2016

El dilema del bizcocho de chocolate

Las embarazadas fumadoras que quieren dejar de ser una chimenea andante aprovechan sus meses de gestación (en los que por el bien de la futura criatura no pueden ni oler un cigarrillo) para librarse de su vicio alquitranado. Convierten lo malo en bueno. Cogen ese tiempo de abstinencia obligatoria en aras de la salud del feto y lo reaprovechan para un objetivo personal en aras de la salud propia. Sufrimiento único, resultado doble. Dos por el precio de uno. No está mal pensado.

Así que creo que voy a hacer lo mismo. Y antes de que la audiencia se me revolucione y empiecen a correr rumorazos por la red, voy a aclarar que ni estoy embarazada ni fumo, así que ya os podéis imaginar que esta es una de las muchas entradas de este blog en las que no todo es lo que parece. Pero vamos, que la idea de fondo de mi nuevo plan sí que viene a ser más o menos esa.

Porque a mi me gusta el bizcocho de chocolate. Es dulce, agradable, tierno. Me ayuda a animarme en esos días en los que todo parece ir mal. Me hace sentirme bien, a gusto, cómoda. Hay momentos, muchos momentos, en los que el bizcocho de chocolate mola.

El problema es que el bizcocho de chocolate también tiene mucho azúcar y en el fondo sé que no es bueno para mi a largo a largo plazo. Engorda. Estropea el cutis. No es el plato ideal en un montón de ocasiones. No combina muy bien con el resto de los elementos de mi menú. Cuando no me controlo y como más de la cuenta, me sienta mal. Hay momentos, muchos momentos, en los que el bizcocho de chocolate no mola nada de nada.

Ahora han dejado de traer a mi supermercado el bizcocho de chocolate que yo como desde siempre. Podría mirar en otras tiendas a ver si lo encuentro. Podría intentar comprarlo por internet. Podría escribir a la web de la marca y hacerles un pedido. Podría buscar soluciones, no aceptar la situación. La cuestión es: ¿Me conviene?

Objetivamente,  creo que a la larga viviría mejor sin bizcocho de chocolate. Mi dieta sería más saludable. Me libraría de la pesadez de estómago post-atracón. Tendría oportunidad de probar otros productos que (quizá) sepan igual de bien con menos calorías. Objetivamente, parece la opción más inteligente. Pero no es lo que quiero, claro. Estoy acostumbrada a comer bizcocho de chocolate y me cuesta dejarlo. Tengo síndrome de abstinencia y estoy todo el rato pensando en salir a comprar un paquete. Ahora que en mi supermercado no hay, debería ser más fácil aguantarme. Tendría que aprovechar la situación y matar dos pájaros de un tiro, como las embarazadas, ¿no?

Y aunque soy una adicta al chocolate, no, esta entrada no habla de bizcochos. A pesar de lo que pueda parecer.

8 comentarios:

  1. Una mujer en EEUU estaba pintando su casa y sacó los muebles al jardín. Se puso a llover y se le estropearon. Presentó una demanda contra Dios por haber hecho que lloviera y ganó, de modo que la iglesia del lugar tuvo que pagarle muebles nuevos.

    Hay que pensar a lo grande. Si en tu super dejan de traer ese bizcocho demándales por angustia mental, depresión o algo así, y seguro que ganas. Luego cuando engordes demanda a la fábrica de bizcochos.

    Tú no tienes la culpa de nada, ni de que lo quiten ni de que lo vendan.

    Si te animas yo voy a denunciar a una fábrica de arroz con leche, podemos darnos apoyo e incluso hacer demanda conjunta ;)

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  2. Pues si que has hilado...Ains que manía tenemos de perseguir aquello que nos sienta fatal!!!Aquí una experta! Aunque si tanto quieres ese "Bizcocho", lo mejor sería aprender a comerlo moderadamente y sin prisas. Equilibrio y control le llaman algunos...Si lo encuentras, dile que le ando buscando!! Biquiños!!

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  3. Me veo totalmente identificado en esta entrada: la única manera que tengo para no comer guarrerías es que no estén a mi alcance porque adoro tratar a mi cuerpo como si fuera una trituradora de basura ('alimenticia'). ¡Ánimo Speedy!

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  4. Doctora, tienes planes diabólicos, ¿eh? No me des ideas, anda... jajaja

    Volbo, sabias palabras, la cosa es cuando no depende de ti eso del control, cuando los atracones no son sólo cosa tuya... es difícil de explicar. Pero vamos, sí, al señor equilibrio lo busco yo también desde siempre y ni flowers.

    ECDC, ya sabía yo que tú ibas a decir eso jajaja

    Pseudo, pues la entrada va de la vida y tal... es difícil de explicar sin bizcochos metafóricos. Y un rollazo, además. jaja

    Holden, trituradura de basura es mi segundo nombre ;P

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  5. Yo te he entendido: en realidad la entrada no va de bizcochos sino de chicos. Particularmente de ESTE chico. ;D

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  6. un humor especial
    eso me atrae
    como ves la vida y tu pensar
    Gracias por dar

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¡Eh, no te vayas sin decir nada! No tengo el superpoder de leerte la mente.