Justo cuando mi situación de prebancarrota perpetua estaba alcanzando niveles preocupantes, fuentes generalmente bien informadas (es decir los Speedypadres) me han chivado que los Reyes Magos tienen previsto hacer una inyección de capital en mi sistema financiero. ( ¡¡YUJU!! Desde aquí un beso a Sus Majestades de Oriente, siempre tan oportunos) Normalmente no hago caso a los rumores para gestionar mis inversiones y recursos, pero como sé que los Speedypadres manejan información privilegiada y que de sus chivatazos me puedo fiar, ya he empezado a gastar dinero a cuenta de los hipotéticos fondos que voy a recibir dentro de no mucho. Vamos, lo mismo que hizo todo perro pichichi en los tiempos de la burbuja inmobiliaria, vivir a crédito, pidiéndole dinero a la tía del anuncio de la lejía, que viene del futuro.
Total, a lo que iba, que esta semana me he podido dar algunos pequeños homenajes y el primero de ellos ha sido, como no, comprarme un libro. Que a vosotros no os parecerá gran cosa, pero yo tuve que aplicar en mi economía unas medidas de ahorro y racionalización del gasto (por no decir recortes mondos y lirondos) que hacen palidecer a las genialidades de Mariano y sus compinches. La cosa se puso tan cuesta arriba que no me quedó otra que recortar todas las partidas del presupuesto destinadas a bienes que pudieran conseguirse gratis. Y la decisión presupuestaria se tomaba haciendo esta pregunta: ¿Los filetes de pollo los prestan 15 días en la carnicería sólo presentando el carnet de socio? No ¿verdad? Pues ya sabes la partida que se va a recortar. Y así con todo lo demás.
Por eso hacía bastante tiempo que no me compraba un libro y por eso precisamente me he reenganchado a este vicio con una apuesta segura: Jabois. Jabois es siempre una buena idea y más en estos días, que necesito risas como el comer. Lo más curioso del asunto es que, a pesar de que las carcajadas que proporcionan esos textos son muchas y potentes, no son lo mejor de este homenaje que me he dado por Cortesía de los Reyes Magos adelantados. Lo mejor es que con el libro me he regalado también los trayectos de bus. Y me voy a explicar.
El curro, la Supermovida, alemán y demás marrones me tienen la vida colapsada, ya lo sabéis. El estrés, los agobios y el cansancio que esto me provoca son duros, pero no son lo peor. Lo peor es que estoy siempre haciendo algo y cuando no, DEBERÍA estar haciéndolo. Me falta tiempo para llegar a todo, por eso cada minuto lo quiero rentabilizar, para no perderlo: me leo los apuntes de no sé qué mientras me toca el turno en la frutería, pienso la redacción de alemán en la sala de espera del médico, me invento una solución a un marronazo laboral andando por la calle... todo en ese plan. Dado que la mitad de mi vida transcurre diariamente en un bus de camino hacia alguna parte, esos ratos tampoco son míos, sino de la movida de turno. Y eso es un estrés.
Así que he decidido que se acabó y que junto al libro de Jabois me voy a autorregalar los trayectos en transporte urbano. Ese tiempo vuelve a ser mío y por eso, apuntes, agobios y estreses se van, momentáneamente, a tomar por saco.
Hola lectura, hola risas, hola desconectar. Cuánto os echaba de menos.
En las vacaciones el estres se va a hawai! un libro es un buen autoregalo, si no puedes ser millonaria al menos lo puedes imaginar xD
ResponderEliminarYo es que soy incapaz de leer en un sitio público. Una revista o un periódico vale, pero un libro no podría, necesito concentrarme más y no puedo si hay gente alrededor y tengo que estar calculando la parada y el tiempo que me queda para llegar.
ResponderEliminarPero si tú puedes, mejor eso que ir estresada :)
Pues yo por mi parte te alabo el gusto. Con la cantidad de cosas inútiles que podrías haber hecho con el rescate, has hecho algo útil de verdad: dar ejemplo.
ResponderEliminarAnónimo F
Pimiento, la que quiere irse a Hawái soy yo jajaja
ResponderEliminarDoctora, yo me he pasado de parada más de una vez jaja
Anonimo F jajaja, en todo caso mal ejemplo
Muy buena elección, porque con tanto político publicando memeces (perdon quería decir memorias), si te da por comprar uno, quizás aborrezcas el sano hábito de leer o no puedas reprimir tus ansias en cargarte a alguno. Eso último no lo hagas jamás de los jamases, son como las lagartijas que les cortas la cola y se autoregenera. ¡ Si serán raros esos reptiles ¡
ResponderEliminarAhora solo falta convencer a tu mente, que la muy jodía suele ir a su bola, al menos la mía.
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