Llevo 5 años haciendo lerdeces encima de un escenario. Bueno, haciéndolas de manera más o menos continua y organizada porque, como me imagino que a estas alturas ya supondréis, yo payasadas en público las he hecho toda la vida en cuanto me daban la mínima oportunidad: festivales de fin de curso, pequeñas representaciones en el cole... lo que se me pusiera a tiro.
En lo que he cumplido mi quinto aniversario es en recibir clases y en pertencer a un mismo grupo de teatro. En todo ese tiempo he aprendido la tira (no sólo de interpretación) y me he dado cuenta de cuánto me gusta este arte, que es mucho más que hacer lerdeces encima de un escenario.
Me gusta el teatro porque es un trabajo es equipo. Tan importante es la diva super protagonista, como el último mono que sólo tiene dos frases, porque como el último mono no le de bien el pie y diga su texto correctamente, la diva está vendida. Porque todo es cosa de todos: unos son buenos en manualidades y convierten dos tristes bancos de madera en una chimenea de los años 20, a otros se les da bien coser y arreglan el vestuario para aprovechar lo que hay sin comprar nada, el punto fuerte de otros es escribir y acortan un texto que ha quedado largo o se inventan dos personajes nuevos que aligeran con sus diálogos cómicos una obra demasiado dramática. Pues eso, que todo es cosa de todos.
Me gusta el teatro por la adrenalina del directo. Porque después de miles de ensayos (o no tantos) te la juegas siempre a todo o nada. Porque no hay dos representaciones iguales. Porque siempre pasa algo, bueno o malo, que hace que no olvides ese rato que has estado en escena. Porque es ahora o nunca, como hacer equilibrios en el alambre sin red. Como la vida, vaya.
Me gusta el teatro porque es magia pura. Porque por grande que sea el caos hasta el último segundo antes de que se suba el telón, al final, todo sale bien. Porque por un inexplicable milagro, al final, el técnico pone las músicas cuando las tiene que poner, a los que no se saben su papel en los ensayos les viene la inspiración divina y por grande que sea el error que se ha cometido en escena, siempre hay algún iluminado que aporta una solución sin que el público lo note. Lo que os digo, magia.
Me gusta el teatro porque, cuando se hace bien y engancha, tiene mucha verdad. Porque no hay nada mejor que oír la exclamación de sorpresa del público cuando un personaje que ha muerto en el primer acto, reaparece lleno de vida en el último. Porque la prueba de un trabajo bien hecho es que un niño te pregunte si puede ir a ese jardín en el que tú has dicho en la obra que has escondido el tesoro. Que el chaval se haya metido tanto en la historia que realmente se piense que hay un tesoro y un jardín.
Me gusta el teatro porque saca "tús" que no conocías, partes de tí que tenías dentro y que ni tú mismo sabías que estaban allí. Hay gente más bien sosa en su vida real que en escena tiene un ramalazo cómico increíble y personas que pasan desapercibidas en el día a día y que encima de un escenario tienen una fuerza dramática que asusta. Que al principio te cueste un mundo hacer lo que sea, una risa, una voz insinuante, una actitud corporal que exprese timidez y que, cuando lo logres, te encuentres sorprendentemente cómodo, como si lo hubieras hecho toda la vida.
Me gusta el teatro porque me pasa un poco como con escribir, que me distrae de todo lo malo de la vida. Que en ese rato, en ese ensayo, en ese estreno, lo ÚNICO importante es salir por el lado de escenario correcto o acordarme de la frase exacta que me toca decir o gritar lo suficiente para que me oigan los de la última fila. Que en ese momento me da igual la negrura del futuro, la crisis, el paro, Riesgo y su puta prima.
Me gusta ver teatro, porque cuando disfruto de una obra estupenda en la que todo sale genial, todavía la aprecio más al darme cuenta del gran trabajo que hay detrás. Que mientras unos recitan en el escenario, otros ayudan a cambiarse en un segundo a los que tienen que salir a escena inmediatamente y no les da tiempo solos. Que otros tantos están pendientes de sacar el vaso, o las flores o la silla de atrezzo que haga falta para esa parte de la obra y de hacer el ruido de disparo en el momento justo en el que muere el protagonista. Me gusta ver teatro porque sé que cuando una obra sale bien y me gusta, significa que se ha conseguido lo más complicado: hacer que parezca fácil lo difícil.
Sé que a mucha gente no le gusta el teatro y, la verdad, me sorprende mogollón, porque a mí me encanta.
Preciosa entrada: se nota un amor profundo y sincero por el teatro, y haces que los demás también lo apreciemos, si cabe, todavía más.
ResponderEliminarA mi también me gusta el teatro, aunque reconozco que he asistido con menor frecuencia de la que debería. Las (pocas) veces que he visto obras de teatro he tenido la suerte de que hayan sido muy buenas, y me lo he pasado en grande. En increíble cómo unos pocos actores con unos pocos cambios de vestuario o de iluminación logran trasladarnos a sitios y momentos increíbles, y meternos en una historia asombrosa. Es algo incomparable y emocionante.
No dejes nunca una actividad tan bonita y tan inspiradora. Por mi parte, creo que yo renovaré mi afición y procuraré acudir más a menudo a ver obras de teatro cuando me entere de que hay alguna interesante en mi ciudad.
Y qué bien los has contado, Speedy.
ResponderEliminarYo lo he vivido muy de pasada y es un verdadero chute de adrenalina que acaba en un gran bienestar.
Y es verdad, ya puede haber salido un puro desastre el último ensayo, que a la hora de la verdad, todo sale bien.
Este es un mundo que me atrae mucho, pese a mi timidez, o tal vez por causa de ella. Es un camino de superación y de cooperación perfecto.
Y dime, ¿cuándo podré yo sacar una entrada para verte en el teatro de Yecla?
Lo reconozco, el teatro no es lo mío, pero se agradece que en estos tiempos que corren aún quede ilusión por algo.
ResponderEliminarSabías que yo escribí y dirigí un par de obras en cierto centro educativo donde estudiaba. Es más hasta tengo un par de obras registradas. Fue un época que recuerdo con agrado y una pizca de añoranza... sniff
ResponderEliminarEstoy con JuanRa qué bien contado!
ResponderEliminarAlgún día hay que hacer una excursión a speedycity a speedyverte actuar =_D
No se puede comparar, pero yo una vez hice de la Virgen María en el cole y no me gustó la experiencia. No tenía que decir nada, pero estornudé y la gente se rió de mí...
ResponderEliminarMola ver como disfrutas con el teatro. ¿Será un buen punto no distinguir entre eso y la vida real? ¿Qué opináis?
ResponderEliminarBesos y abrazos, y que cada cual pille lo que quiera.
Tarambana, pues sí, anímate a ir al teatro siempre que puedas. Cuanto más teatro ves, más te aficionas, te lo dice una que está enganchada ;P
ResponderEliminarJuanRa, tímido tú????? Tururú! jajaja y veo difícil que me veas en los teatros de Yecla, pero vamos, que si hay algún director de teatro en busca de actrices, que me mande un correo a la dirección del blog, que yo encantada ;P
KHaL, ¿no es lo tuyo ni para actuar ni para ver? No me lo creo! Eso es que no has probado lo suficiente! ;P
$MK, ¿si? Pues no es fácil escribir teatro... a mí se me da fatal ;P
jajaja, gracias H@n, pues nada, en Speedytown os espero y os guardo un par de entradas para la próxima obra ;P
Doctora, pues muy mal por la gente que se ríe de la pobre Virgen María, que tiene el mismo derecho a estornudar que cualquiera ;P Prueba a actuar otra vez, que cuando creces se vive distinto
Daniel, tal y como está el tema, muchas veces dan ganas de quedarse a vivir encima del escenario, dentro de la obra que estés interpretando en ese momento... y eso que en la última que he hecho moría hasta el apuntador XDDDDDDD
Vaya, que guay disfrutar tanto de algo así! A mí me gusta ir al teatro muchísimo (y aquí en Madrid hay un montón de oportunidades), pero jamás sería capaz de actuar: puedo meterme en un personaje para escribir pero cuando he dicho los diálogos en voz alta para ver si encajaban, me sonaban fatal. No tengo esa chispa, una lástima, que tiene que ser un subidón tremendo subirte a un escenario y olvidarte de todo lo demás.
ResponderEliminarUn beso gigante!!!!
Ese teatro me gusta. El que se hace en el fútbol no.
ResponderEliminarEl otro día participé en una mini-obra. Algo entre amigos para un evento sin mucha importancia, y no pude negarme (además, que soy bastante malo para negarme). Yo tenía 4 o 5 frases jojojo qué risas, pensé que iba a salir fatal, pero solo salió tirando a mal xD
Uyyyyyyyy, Lili, nunca se sabe hasta que se prueba! Una vez que te subes a un escenario, engancha ;P
ResponderEliminarRain, seguro que no salió tirando a mal! Habría que haberte visto a tí y a tus cinco frases ;P
Sigue con ello. Yo hice una vez y me arrepiento muchísimo de no haber continuado. Me gusta como lo has descrito. :)
ResponderEliminarPues está tirado. Eso es que no comes la adecuada marca de macarrones XDD
ResponderEliminarA mi me gusta verlo.A mi churumbel la he apuntado a un cursillo de diez días de teatro.Y a tí, me gustaría verte subida en el escenario.
ResponderEliminarArald, pues nunca es trade para volver, no? ;P
ResponderEliminar$MK, será eso ;P
Pseudo, jo, pues con lo lístisima que es tu churumbel, les va dejar flipados. Y como se enganche al teatro tan pronto... ya no la desenganchas XDDDDDDD