Tienes unas espaldas increíbles. Unos hombracos impresionantes. Un torso de Adonis de flipar tipo prota de peli de superhéroes. En la vida real nunca he visto unos biceps tan torneados y tan proporcionados (ni demasiado ni demasiado poco) como los tuyos y estás tan fibrado que no tengo dudas de que si me tropezara y me golpeara la cabeza con la parte blanda de tu brazo me haría un chichón. En serio, estoy convencida. En medio de mi sequía infinita, (inmisericordemente agudizada por este puto CoronaApocalipsis) a veces me quedo mirándote y me da miedo darte un mordisco porque no he podido contenerme (en plan Phoebe en esta escena de Friends pero sin que me sirvan los tobillos de Chandler de antídoto). No es una exageración. Puedo oír perfectamente a la YO cuerda de mi mente intentando desesperadamente agarrar a mi YO loca para que no se te acerque gritándole: "Pero ¿qué haces? ¡Que vas a conseguir que nos manden la trullo por acosadoras!"
Después de la turbia imagen que acabo de insertar en tu cerebro supongo que te haces una idea de las GANAZAS que tengo que darte un muerdo y aún así me apetece más que nos riamos. Pero de verdad. Que pase algo que nos provoque un rato de carcajadas incontrolables. De esas que no te dejan ni hablar para explicarle a los demás qué os hace tanta gracia. De las que se van apagando, uno de los dos se encuentra con la mirada del otro y vuelven a arrancar, sin razón. De esas.
¿Por qué?
Primero por el efecto terapéutico, claro. Creo que una buena sesión de risas de calidad podría mitigar, al menos, la mitad de los daños que el CoronaMierda está infligiendo en mi fortaleza mental. De hecho, creo que este infierno lo estoy llevando regulinchis porque no tengo mucha gente con la que reírme EN SERIO. No medias sonrisas o muecas de compromiso. Reírme a fuego, a todo o nada, casi sin poder respirar. Si voy a tener hipoxia o disnea, que sea por esto y no por el maldito bicho.
También me apetece reírme contigo para confirmar sospechas. Y es que me huelo que eres un compañero de risas high level, de los que no sólo aguantan el tirón sino que alimenta el motor con comentarios irónicos, agudos y exagerados hasta el absurdo. Me juego algo, además, a que tienes ese humor indignado que tanto me gusta, ese manejar el cabreo a base de bromas que es todo un arte menos reconocido de lo que debiera. Me apuesto lo que sea a que estás hecho todo un maestro de eso. Si no lo fueras esa cara de mal genio que sabes poner cuando quieres sería un triste desperdicio...
Y bueno... no lo voy a negar. Puede ser que, además, un poquito, en el fondo de los fondos de los fondos de los fondos, espere que ocurra el milagro de las risas. A veeeerrrr, no estoy loca, un poco como en la lotería de Navidad, que sabes que no te va a tocar pero juegas porque, bueno, al fin y al cabo, nunca se sabe, ¿no? A mi, el 90% de los chicos que me han gustado se abrieron paso hacia mi corazón después de una buena sesión de carcajadas. Teóricamente te puede pasar a ti lo mismo.
Nunca se sabe...
Es un topicazo pero uba verdad como un templo, un tío que te haga reir lo tiene todo hecho.Y si además sabe bailar lo queres para toda la vida.
ResponderEliminarMe he reído muchísimo con tu texto 🤣
ResponderEliminarGracias infinitas, me hacían falta estas risas.
Besos.
jejeje la risa es importante y necesaria
ResponderEliminarPseudo, y no sólo que te haga reír, sino que os riais juntos, es decir, que os hagan gracia las mismas cosas, o que reaccionéis con risa ante las mismas situaciones, que no siempre pasa y une un montón
ResponderEliminarDevoradora, pues qué guay que te hayas reído, la risa siempre es BIEN
PapaCangrejo, y tanto.