lunes, 25 de abril de 2016

Colgada como un ordenador

Me está costando retomar el ritmo actualizatorio (¡toma patada al diccionario!) de este mi blog porque últimamente me cuesta un mundo escribir. Pensaba que el problema es que había perdido el hábito, después de la abstinencia literaria a la que me ha sometido la SuperMovida y sus estreses. Pero empiezo a sospechar que no es lo único que pasa.

Hay bastantes más motivos, me temo. Uno es que estoy desfondada, desde luego. No quiero escribir, como no quiero andar, ni limpiar, ni bailar, ni hacer nada que exija un mínimo esfuerzo físico, por muy minimísimo que sea el esfuerzo en cuestión. Lo único que quiero es tumbarme en mi sofá y caer inconsciente (porque lo que yo hago es perder el conocimiento más que dormirme). Y claro, así no hay quien escriba nada.

Pero el cansancio no es lo único que me impide juntar letras por aquí. Estoy bloqueada y no sólo con las palabras. ¿Sabéis cuando el ordenador se colapsa, se queda una imagen fija en la pantalla y no hay manera de hacerlo reaccionar? Ni moviendo el ratón en círculos, ni dando golpecitos en el monitor, ni en la torre, ni pinchando frenéticamente en todas partes, ni siquiera acudiendo al administrador de tareas a la desesperada. El ordenador se ha colgado y aquello no va pa'trás o pa'lante ni a tiros,

Así estoy yo: colgada. Paralizada. No sé cuánto llevo en este estado, igual mucho y no me había dado cuenta por el agobio mortal estudiantil que tenía encima. No sé, pero ahora que he vuelto un poco a la normalidad me siento vacía. Miro mi vida, no me gusta lo que veo y lo preocupante del tema es que tengo la sensación de que no va conmigo. Que no me implica de ninguna forma porque no puedo hacer nada para cambiarlo. ¿Sabéis la típica película de sobremesa en la que adivinas desde la primera secuencia cuándo y de qué forma va a meter la pata la prota, pero te da igual, porque total es una peli y pasará lo que los guionistas quieran, no hay manera de evitarlo? Pues un poco lo mismo, pero en 3D.

No sé qué me pasa... Es como si estuviera en el centro de un laberinto, ya hubiera recorrido todos los caminos y aún no hubiera encontrado la salida. No hago más que pensar que ya he pasado por aquí, y por aquí y por aquí y por aquí y por aquí y por aquí y que ninguna de esas rutas me ha llevado fuera. Y de verdad que ya no se me ocurre que más puedo hacer.

6 comentarios:

  1. Mi consejo es que desconectes y vuelvas a conectar!! suele funcionar.

    ResponderEliminar
  2. Te entiendo bastante bien: esa sensación de que tu esfuerzo no está necesariamente conectado con los resultados que obtienes, acaba resultando frustrante.

    En todo caso estoy seguro de que pronto volverán las energías. Matemáticamente hablando, cada nuevo intento nos acerca más al éxito. ;)

    ResponderEliminar
  3. Yo te puedo dar una sugerencia, que de hecho lo voy a hacer porque si no para qué comento... qué cosas tengo.

    Desconecta. Pero en serio, olvida escibir por una semana. Ráscate los bolsillos y date unos caprichos en plan masajes, o vete a un spa con alguien, o lo que sea. Y ni escribas. Pegate un buen día de este finde un planazo en plan cervezas, copas, trasnochar and the mother who lo parió.

    Y el otro día del finde de no madrugar, comidaca de 5000 calorías, siestaca y tarde guarra de domingo, de esas de no quitarte el pijama.

    Regalate tú propio tiempo libre a ti misma, en definitiva, durante un par de semanas. Y haz fotos con el móvil de cualquier tontería. Y luego, cuando te apetezca volver por aquí, miras tus fotos... siempre puedes empezar con una fotillo y un breve comentario. Lo demás irá surgiendo ^^

    ResponderEliminar
  4. Ánimo. No ayuda mucho, pero poco más queda por hacer que intentar disfrutar de las pequeñas cosas (las que sean, pero disfrutarlas) e intentar no darle demasiadas vueltas a lo que hay delante. Ya bastante complicado es todo como para ponerse más ladrillos encima con cosas que "deberíamos hacer pero no estamos haciendo". Te entiendo perfectamente porque estoy en una situación similar desde hace unos meses por un sin fin de motivos (frustraciones laborales unidas a idas y venidas del extranjero, rupturas dramáticas y líos familiares). La imagen que has explicado del laberinto es la clave: de alguna manera sabemos que nosotras mismas nos hemos llevado hasta este punto, pero ahora no tengo ni idea de cómo salir del embrollo y tampoco tengo muy claro qué queda de mí después de dar tantos tumbos. Quiero pensar que las cosas se terminarán encaminando de alguna manera.... y guardo la esperanza de que serán para mejor. Stay strong!

    ResponderEliminar

¡Eh, no te vayas sin decir nada! No tengo el superpoder de leerte la mente.