El fin de las vacaciones y la vuelta al cole siempre es dura para todos. Eso es una verdad innegable. Pero también hay que reconocer que unas son más difícil que otras y, en una escala del 1 al 10, la mía va a ser un horror del 20. O más. Y es que me espera una a la vuelta... que no lo quiero ni pensar.
Sobre todo porque mi sufrimiento ha empezado ya, en la segunda mitad de mis nunca suficientes días libres. Para empezar, porque mi ya casi inminente cate en alemán ha estado todo el verano ahí, acechando, y ahora, a las puertas del examen, es más evidente que nunca. Para seguir porque, aún no sé como, algunos marrones laborales han perforado mi sólido muro de incomunicación vacacional y me ha tocado pringar cuando no debería. Y para terminar porque intuyo el horror de año que me espera, tengo la certeza de que va a ser mortal de necesidad, pero aún no sé las formas concretas en las que me va a torturar, los momentos y lugares específicos. Y eso es un sinvivir.
Los miedos difusos son aún más intensos que los terrores definidos porque, como no sabes a lo que temes, te imaginas lo peor. Y ese es mi problema ahora, que me pasa lo que a Sócrates: sólo sé que no sé nada. Y así no hay forma de organizarse.
Obligada por las circunstancias, me he metido en un millón de movidas (muchas más de lo habitual, que ya es decir) tremendamente difíciles de compaginar. Ahora sospecho que muchas van a coincidir en el tiempo y necesitaría saber los horarios exactos de todas para empezar a hacer encaje de bolillos y tratar de llegar a todo. El problema es que esos horarios no los tendré hasta que cada una de las movidas empiece y entonces ya será tarde: todo se habrá amontonado y el caos total se instalará en mi vida. Desde el minuto uno. ¡YUJÚ!
Se masca la tragedia y para intentar evitarla, mis días previos a la vuelta al cole transcurren tal que así: Si intento mover A y ponerlo a otra hora, puede que llegara al principio de B, siempre que no hubiera tráfico, claro. Lo que pasa es que modificar el horario de A no depende de mí, así que igual se queda como está y tengo que apañármelas sin llegar a B. El problema es que eso ya me va a ocurrir dos días a la semana por culpa de C y tampoco puedo saltármelo siempre. Pero si intento hacer el cambio en C, a lo mejor llegaría, lo que pasa es que es por sorteo y el sorteo es después de que haya tenido que elegir el grupo de D y dependiendo de eso pues...
En fin, ya os hacéis una idea de como está siendo mi pre-vuelta al cole: el horror. Y sólo tengo una cosa clara: que la vuelta va a ser aún peor. Madre del amor hermoso, la que me espera.
Como decía Will Smith en "Afther earth", el peligro es real, pero el miedo es una opción. Sentimos miedo por cosas que no han ocurrido, por imaginaciones. Hay que estar preparados, pero ponerse en lo peor y angustiarse no es útil.
ResponderEliminarO más resumido, los problemas de uno en uno ;P
Cuando te leo "el horror" me acuerdo de Apocalypse Now... Pero que sepas que te admiro. Admiro muchísimo a las personas que no paran de hacer cosas, de involucrarse en temas, de tener inquietudes. Sí, sí, ya sé que me vas a decir que no te mereces admiración porque bla, bla, bla... No cuela. Toda mi admiración. Y que esa energía te dure siempre.
ResponderEliminarSi fueras una humana normal y corriente pensaría que estás como una cabra por apuntarte a taaaaanta cosa... suerte que no lo eres, tus superpoderes te ayudarán para tirar pa´lante con todo!
ResponderEliminarYo en estos casos intento pensar en el presente y no preocuparme demasiado por cómo van a salir las cosas (dentro de unos límites, claro), porque la experiencia me dice que al final las cosas siempre acaban saliendo.
ResponderEliminarEn la práctica, al final nos las apañamos bastante bien. (Además, tú puedes con lo que te echen) ;)
¡Ánimo!
Doctora, esa es la cosa, que querría estar preparada... pero con esta falta de datos es imposible
ResponderEliminarJuan, normalmente me gusta hacer cosas... pero lo que se me viene encima ahora no lo hago por gusto, la verdad. Estoy intentando buscar soluciones y esto es lo que se me ha ocurrido... pero creo que va a ser duro, muy duro, demasiado como para disfrutarlo. Ojalá me equivoque.
Tomate, con superpoderes o sin ellos no me queda otra. Tal y como está la vida o me pongo las pilas o voy apañada
Tarambana, pues a ver si es verdad. Gracias por lo ánimos.