jueves, 8 de julio de 2010

Mitos

Entre los miembros de la Speedyfamily existe la mala costumbre de hacer generalizaciones que, a fuerza de repetirlas, se convierten en mitos inamovibles. Viene a ser lo de "por un perro que maté mataperros me llamaron", pero elevado a la enésima potencia y sin posibilidad de vuelta atrás. Una vez que te etiquetan, olvídate, jamás podrás librarte de ese sambenito.

Por eso, Speedysister Peque sigue siendo la Golosa, así, con mayúsculas. Cuando era un mico que apenas se tenía en pie sola, le gustaban tanto las chucherías que me quitaba las que me regalaban a mí. Yo, que tampoco levantaba dos palmos del suelo, me indignaba por su poco respeto a lo ajeno y escondía los dulces en la estantería más alta que encontraba, pero de poco me servía. Al más puro estilo Maggie Simpson, Speedysister Peque reptaba por toda la casa, encontraba el mueble del tesoro, trepaba hasta la ultima balda (que os lo creáis o no estaba muy cerca del techo), y se zampaba las chucherías así, sin ningún tipo de remordimiento. Desde entonces es la Golosa. Poco importa que hoy en día Speedysister Peque sea una torre americana que se ha quedado en la raspa y que come menos chucherías que cualquiera de nosotros. Ya será siempre La Golosa.

Mi sambenito es que yo soy nerviosa. Y eso en una casa como la mía, en la que el vuelo de una mosca provoca la reunión de urgencia del gabinete de crisis, es una grave acusación. No voy a decir aqui que soy la persona más tranquila del mundo, porque he protagonizado grandes momentos estelares que lo desmienten. Pero por cuestiones de trabajo (tanto como superheroina, como contadora de cosas) he tenido que aprender a controlarme. Ahora soy capaz de mantener la calma en situaciones de mucho estrés y con límites de tiempo ajustadísimos. Y cuando no puedo mantener la calma, consigo que prácticamente no se me note, por fuera estoy completamente serena, aunque la procesión vaya por dentro.

Pero bueno, da igual, para mi familia seguiría siendo La Nerviosa, aunque gracias a mi serenidad consiguiera salvar a la humanidad de un desastre nuclear. Claro, como todas las semanas alguien de la Speedyfamily defiende al mundo de algún villano, no son un público fácil de impresionar.

4 comentarios:

  1. En mi familia pasa igual, yo me quedé con la fama de raro de pequeño y no hay quien los saque de ahí. Injusta que es la vida, oigan...

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  2. Ya, Zor, es que las familias son el público más exigente, ¿eh? Menos mal que nos quieren y eso....

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  3. Jejeje. Una vez mi hermana probó una comida que había preparado nuestra madre por primera vez y exclamó:
    Mmmmm, qué rico!
    Sin embargo no se la comió.
    Desde entonces cada vez que vuelve a pronunciar ese "Mmmm, qué rico" todos decimos "Ahora se la dejará"
    No ha habido forma de quitarle ese sambenito. Y no veas la rabia que le da. :D

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  4. Pufffff, JuanRa, contra los sambenitos no se puede luchar, más vale resignarse.

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¡Eh, no te vayas sin decir nada! No tengo el superpoder de leerte la mente.