lunes, 28 de febrero de 2011

Gánster por un día

La pasma me pisa los talones. Tengo unas horas para dar todos los golpes necesarios para reunir un millón de euros y pirarme de Barcelona. Trabajar por el barrio Gótico va a ser complicado, pero no hay tiempo de cubrir grandes distancias. Tengo un aparato GPS que me permite saber donde están los tres equipos de policías que me persiguen, pero sé de buena tinta que ellos tienen otros aparatos parecidos que les revelan mi posición cada tres minutos. Hay que tener cuidado, si están a menos de 300 metros pueden dispararme y se acabó la brillante carrera de gánster que he llevado hasta ahora.
Salgo de la plaza Jaume I. A escasos metros de aquí se encuentra el punto número 5 donde puedo conseguir 600.000 euros, pero no tengo armas. Para dar ese golpe necesitaré por lo menos un camión, un cuchillo y cloroformo para dormir al vigilante. Voy corriendo a por el puñal que recuerdo que escondí en la calle del Cardenal y por el camino me encuentro un chaleco antibalas, que me apresuro a recoger porque nunca sabes cuando puede alcanzarte una bala perdida.
Cuando estoy a punto de conseguir el transporte, el GPS me chiva que tengo a los polis a 200 metros, así que activo el inhibidor de frecuencia para que no puedan detectarme en dos minutos. Robo la camioneta y me apodero del cloroformo pasando casi al lado de otro equipo de maderos que están tan ocupados flipando con los movimientos contradictorios que el GPS les avisa que hago, que ni me ven. Como sé que hay una pareja de la pasma esperándome en el punto 5, donde tengo que levantar los 600.000 euros, me pongo el chaleco antibalas para que no puedan dispararme durante dos minutos, aunque pase por su cara. Doy el golpe, consigo el botín y pongo una mina en la zona, por si la pasma me sigue. Un minuto después dos equipos de polis saltan por los aires.
¡¡¡¡¡ BIEN!!!!
Mi siguiente misión es dar un golpe de 400.000 euros en el punto 8, para así llegar al millón y salir de Barna sin que me echen el guante. Me dirijo a la calle Montcada para conseguir una de las armas que necesito para el trabajo, pero el equipo verde de los polis me pisa los talones. No me quedan chalecos antibalas ni minas, así que disparo al aire a ver si me los quito de encima. Escapan y el equipo de polis azules me cierra el paso al otro lado de la calle. Se oyen disparos. La he palmado.
Pero bueno, estuve cometiendo delitos por Barcelona durante hora y media sin conocer la ciudad y sin que tres equipos de policía pudieran hacer nada por impedirlo. Estoy orgullosa de mí misma. Ser superheroína es guay, pero de vez en cuando también apetece vivir las emociones propias de supervillanos y gánsters. Aunque sólo sea un juego de pistas con GPS.

9 comentarios:

  1. Una superheroína como tú¿necesita chaleco anti-balas?.
    Tu persecución por la ciudad condal me recuerda a la de los mosssos en la peli "Biutiful", un pelín exagerada.(Por comentar algo de los Oscar que es el tema del día).

    ResponderEliminar
  2. Que susto me has dado. Creia que te habías pasado al lado oscuro.

    ResponderEliminar
  3. Malkev, y tú que lo digas ;P

    jajaja, Pseudosociologa, te veo super implicada con los Oscars, eh? XDDDDDDDDDDDDD

    Papacangrejo, ayyyyyyyyyy, casi me atrapa el lado oscuro... pero no! XD

    ResponderEliminar
  4. Hasta los superhéroes juegan.... :O!

    ResponderEliminar
  5. Suena divertidísimo...

    ResponderEliminar
  6. Para que veas, Kurai, no sé a donde vamos a ir a parar... XDDDDDDD

    Omelette, está muy bien, os lo recomiendo a todos

    ResponderEliminar
  7. Susto mas daoo!! Ya pensaba que habías comido setas alucinógenas o algo así. :D


    Y engancha, eh?? (El juego, digo)

    ResponderEliminar
  8. JuanRa, sí, sí, ya, ya, el juego... XDDDDDDDDDDDDD

    ResponderEliminar

¡Eh, no te vayas sin decir nada! No tengo el superpoder de leerte la mente.