Esto no me he atrevido nunca a decirlo en serio en voz alta, pero hoy necesito soltarlo. Sin bromas, sin medias tintas, sin quitarle importancia. Pienso más de lo que me gustaría en la muerte. No como el final inevitable de todos, sino como una opción. Una alternativa preferible a otras y perfectamente escogible.
Y me sorprende porque yo siempre he creído que la vida es sagrada, que no somos nadie para darla y para quitarla y que coger la salida de emergencia es una pena y un error. Pero pasan los años y cada vez estoy menos convencida de eso. Pienso que vivir tiene que ser un premio, no un castigo y que hay que quedarse mientras merezca la pena, mientras lo bueno compense lo malo. Fuera de eso, quedarse por quedarse, aguantar por aguantar, como en la juergas infinitas, es tontería.
A ver, no soy una niñata que se cree "con derecho a ser feliz" ni que piensa que "el universo le debe nada". Ya sé que la vida es dura, que no todo puede ser perfecto, que aquí todo el mundo tiene lo suyo y se come sus marrones. La clave es que también haya cosas buenas lo suficientemente grandes para compensar esas mierdas. No a todas horas, no todos los días, asumiendo que la existencia son ciclos y que hay épocas mejores y peores, pero que en conjunto la balanza se incline hacia lo positivo. Quedarse para sufrir todo el tiempo es absurdo, no le veo sentido.
Por eso no me sirve de nada el típico argumento de que hay gente que está peor. Ya, ¿y qué? Pero no porque sea una egoísta a la que le de igual el resto, sino porque tampoco le veo sentido en su caso. ¿Merece la pena vivir en guerra, soportando violaciones, estando gravemente enferma sin posibilidad de cura? Para mi no. Otra cosa es que para ellos si porque en su día a día tengan cosas suficientemente buenas para compensar, que oye, genial, me alegro por ellos. Pero de verdad que considero ilógico, innecesario, tener que madrugar, resolver problemas, discutir, enfermar, aguantar insoportables, superar decepciones y lidiar con todo tipo de mierdas a cambio de nada lo bastante significativo, con la suficiente entidad para contrapesar, para resarcirse de lo malo.
El truco está, claro, en que siempre se espera que mejore porque en este mundo lo único permanente es el cambio y cada día es un continuo plot twist. Las cosas son de una manera hoy, pero mañana nunca se sabe. Todo pasa. Yo solía agarrarme a esto, de hecho. El problema es que cada vez me sirve menos por puro agotamiento. Llevo andado como mínimo la mitad de mi camino vital y nada de lo que realmente me importa ha salido bien. He ido tirando de lo pequeño para ir aguantando mientras llegaba algo con verdadera enjundia para nivelar, pero estoy extenuada y sobre todo se me ha acabado la confianza en el futuro. Como Pedro y el lobo en el cuento, ya no me lo trago. Es decir, racionalmente SÉ que podría ser, que hasta el rabo todo es toro, que el partido no se acaba hasta que el árbitro pita el final, que los goles mágicos pueden llegar en la prórroga. Mi cerebro lo sabe, pero mi corazón no se lo cree. Y, sinceramente, tanto esfuerzo para estos resultados está empezando a dejar de merecerme la pena.
A mí tampoco me
ResponderEliminarsirve que me digan
que hay gente que
están peor que uno,
si tú no piensas en
tu bienestar, quién
lo hará por tí, además
está sociedad es
bastante egoísta, nos
tendrían que señalar
a todos entonces,
eso si , leo todo lo
que escribes, y da
la impresión, que
estás cabreada
con el mundo
entero .
Bueno, la muerte siempre es una solución permanente. Lo que habría de estar seguros es de si el problema es pasajero. Si solo es desahogo, también puedes probar en cargarte en todos los dioses, en todo el santoral y en todas las vírgenes existentes. Y funciona.
ResponderEliminarEstoy contigo, tiene que compensar, si te pasas la vida queriendo descansar por el agotamiento que supone vivir pues me parece un acto de valentía el quitarte de en medio.
ResponderEliminarMi ex ya sabes que se quitó de en medio hace más de veinte años.
Dicho esto, puede haber un tema físico en tu cansancio vital, deberías hacerte analíticas muy completas con un médico integrativo.E ir a un terapeuta para ver si te puede dar herramientas para enfocar tu vida hacia lo que te gusta y que descarte algún tipo de depresión.
Entiendo que te has hecho pruebas de todo tipo para ver si tienes transtorno bipolar o similares porque a mi me parece que tu sentido del humor, euforia, ganas con las que afrentas retos y demás historietas que cuentas si debería compensar.
Un beso fuerte y si necesitas alguien desconocido a quién contarle lo que no quieres escribir ya sabes donde estoy.
Es muy duro y es agotadora esa sensación de nadar siempre a contracorriente. Por mucho que te esfuerzas parece que no te mueves del mismo sitio. A mi me gustaría que alguien me enseñase a nadar en diagonal, que es la mejor forma de llegar a la orilla.
ResponderEliminarCreo que lo malo es no saber si habrá orilla que amcanzar.
Espero que al menos tengas algunas tablas a las que agarrarte en tu camino.
Orlando, sí que estoy cabreada. Tengo la sensación de que me están timando, de que alguien me está birlando las cosas que he pagado con mi esfuerzo.
ResponderEliminarCabronidas, ya me he cagado en todo lo cagable, no me sirve. Estoy más en la fase de querer quemar cosas. Y en cuanto a lo de pasajero, pues no sé, eso me esfuerzo en creer. Pero cuando TODA la vida he estado igual parece difícil confiar en que es algo pasajero.
Anonimo 1, me sales como desconocido pero por tu manera pragmática de dar soluciones tienes que ser Pseudo jajaja. Mil gracias por todo lo que dices, si, ya me he mirado todo. Lo que no funciona es mi vida, ese es el problema. Y ojalá viera yo esa euforia que dices tú. Hago todos los esfuerzos, pero desde luego no la siento. Pero de verdad, gracias.
Anonimo 2, yo creo que tb es ese el problema, que se te haya acabado la fe en que las cosas cambien, que estés tan extenuada que el esfuerzo haya dejado de merecer la pena.