No seré yo la que siente cátedra sobre no hacer preguntas inoportunas en momentos clave, porque los nervios son traicioneros y el troll porculero que tengo en la cabeza y yo tenemos mucho por lo que callar, desde luego. Pero de verdad que hay niveles TAN ALTOS de incomodidad y de metedura de pata que realmente me planteo si no hay un concurso secreto de provocar desagrado y me encuentro por ahí atletas de élite de esta disciplina compitiendo por alzarse con la copa de campeón.
Porque en serio, por muy torpe en la interacción social que seas y por muy tenso que te pongas, es EVIDENTE que hay temas con los que NUNCA vas a llegar a buen puerto. Que es OBVIO que no trae más que consecuencias negativas abordarlos. Por ejemplo, ¿qué te lleva a pensar que preguntarle a una mujer a la que conoces hace 2 minutos por qué no tiene hijos es una buena manera de empezar una conversación distendida? No, sinceramente, dejando aparte los enormemente intrusiva que es esa cuestión, qué respuesta esperas que contribuya a una amena charla:
-Hacerle contar sus problemas de infertilidad.
-Obligarla a que te hable de la frustración de no encontrar, tras años de búsqueda, a la persona adecuada para afrontar la titánica tarea de criar un niño.
-O en el mejor de los casos, que haya sido una decisión voluntaria e intencionada, forzarla a empezar un debate sobre antinatalismo que tiene muchas aristas y que a lo mejor no quiere mantener con alguien a quien apenas conoce.
De verdad, de verdad, de verdad que no sé cuál de estos escenarios les parece más positivo a estos iluminados para empezar una conversación agradable con alguien nuevo. Puestos a competir por incomodar, yo les doy otras ideas geniales:
-Oye, ¿esa cicatriz de herida de bala que tienes en el pecho te la hiciste en plan decorativo, como un tatuaje?
-Háblame de ese subnormal que te metía la cabeza en el inodoro cuando ibas al colegio, que seguro que es tu tema favorito.
-¿Y de la última vez que un virus gastrointestinal te hizo echar hasta la primera papilla por arriba y por abajo no me cuentas nada?
En serio, chavales, con la mano en el corazón, si no veis cosas tan evidentes, buscad ayuda, pero por favor, dejad de ir por ahí sembrando el pánico conversacional. El concurso por la incomodidad máxima se canceló hace años ya. Dejad de competir.
Ja, ja, ja, ja... Esta también es buena: "Bueno, ahora que ya nos conocemos... Qué, ¿tu hija todavía se pincha?"
ResponderEliminarLa gente parece que no piensa antes de hablar, y lo pero si te sienta mal se enfadan ellos jajaja
ResponderEliminarEl viento del Otoño crepita frío entre los juncos secos,
ResponderEliminarenvejecidos por el anochecer;
aleteando, las cornejas vuelan desde el sauce, tierra adentro.
Un viejo solitario se detiene un instante en una orilla,
siente el viento en sus cabellos, la noche y la nieve que se acercan,
desde la orilla en sombras mira la luz enfrente
donde entre nubes y lago la línea de la costa más lejana
todavía refulge en la cálida luz:
aúreo más allá, dichoso como el sueño y la poesía.
- Hermann Hesse