Speedymum me dice a menudo que tengo que hacer una profunda revisión de mi armario porque guardo supertrajes de los tiempos de Maricastaña, de cuando todavía no eran resistentes a explosiones, no os digo más. Yo le respondo que es una exagerada, pero aquí, entre nosotros, os confieso que igual algo de razón sí que tiene. Más que nada porque el otro día buscando no sé qué me encontré con cada cosa... ¡madre del amor hermoso! Yo soy muy de guardarlo todo, pero esto pasa de castaño oscuro.
Así que ayer me monté en mi DeLorian, ajusté el condesador de fluzo y viajé a través del tiempo en misión de emergencia para deshacerme de trastos viejos (nombre en clave: Fuera Zarrios). Aunque ya os adelanto que no tuve demasiado éxito.
Primero me encuentro con mi traje de finalistas, la última fiesta del instituto antes de empezar los estudios de contadora de cosas. Por supuesto la chaqueta ya no me cierra y los pantalones no me los consigo subir más allá de los muslos, por no hablar de que la moda ha cambiado ligeramente desde que me lo compré, allá por la Edad de Piedra. Pero me trae tantos recuerdos de amigos, juergas y días felices... Eso sin olvidar la esperanza totalmente irracional de que un día recuperaré la minitalla que usaba en aquellos tiempos. Y lo indulto. Primer error.
Tres perchas más allá me topo con unos pantalones de lana super-abrigados que ni siquiera recuerdo en qué año compré. Cada invierno les voy perdonando la vida porque dan taaaaaaaanto calorcito que son mi apuesta segura en los días de odiosa niebla de Speedytown. Lo que pasa es que como los siga usando me van a terminar dando limosna por la calle porque me van a confundir con una mendiga. Con éstos me mantengo firme y no me dejo llevar por mis emociones, les condeno al exilio permanente de mi armario. Pero claro, me veo obligada a aplicar una moratoria hasta que encuentre en alguna tienda unos pantalones tan abrigados como ellos... una misión que se presenta complicada.
El siguiente hallazgo en mi viaje en el tiempo es un abrigo gris que jubilé porque no cumplía el principal objetivo para el que fue creado: proteger del frío. No abriga, es incómodo y hace muchos años que dejó de estar a la última moda y, sin embargo, es uno de los inquilinos más antiguos de mi armario. Pero es que joooooo, es el que llevaba puesto cuando me dio el primer beso el que durante años consideré el Hombre de mi Vida 1. Ahora, en plena Era post Hombre de mi Vida 2, esto debería haber dejado de ser una razón para conservarlo, pero que queréis que os diga, en el fondo soy una sentimental.
Cuando ya me estoy montando en el DeLorian para volver al presente me tropiezo con el dinosaurio de todas mis posesiones textiles que tiene, de hecho, muchos más años que yo. Es el super traje que Speedymum usaba cuando estaba soltera, mucho antes de imaginarse siquiera que se toparía con Speedydad y se iba a formar una segunda generación de superhéroes. Con eso de que las modas siempre vuelven, lo recuperé un año que se llevaban los estampados y que con él parecía la superheroína más fashion de cualquier operación conjunta. Y así de paso le recordaba a Speedymum que si tamaña reliquia textil había llegado a mis manos, es que no soy la única que no se deshace de los trastos viejos. Vamos, que me viene de familia.
Así las cosas, estos fueron los resultados de la Operación fuera Zarrios:
-Esfuerzo invertido: ni se sabe
-Tiempo dedicado: nada, porque he programado el DeLorian para volver a la misma hora a la que salí.
-Prendas eliminadas: 0
Me veo este verano en la Operación Fuera Zarrios 2. A ver si para entonces soy más eficaz.
No soy una superheroína como tú, pero también tengo esos problemas con mi armario. De hecho, tengo una gabardina forrada de borreguito (¿sigue existiendo el borreguito?) de cuando mi madre iba a la facultad que nunca me decido a tirar. Un saludo :)
ResponderEliminarA mí me pasa lo mismo; me cuesta horrores tirar nada. Conseguí hacer una limpieza este verano porque me mudé de casa. Cuando tienes que cargar todos esos trastos viejos deja de darte tanta pena tirarlos. No falla.
ResponderEliminarEn este tipo de operaciones.....NO HAY DOLOR!!!!
ResponderEliminarEs como arrancar un esparadrapo de golpe. Duele al principio, después te olvidas!
Yo parecía que tenía el síndrome de diógenes, ahora hago cada limpia que alucinas:D
Ya me lo cuentas en verano!!;)
Thyssly, yo creo que esta mala costumbre está más extendida de lo que parece...
ResponderEliminarDoctora, mi problema es que yo ya he hecho 1.000 mudanzas, la última enoooooorme y sigo teniendo miles y miles de zarrios... No entiendo qué hago mal. XDDDDDDDDD
Adalias, tú también lo has superado, como la Doctora? Joooooooo, por qué todo el mundo puede y yo nooooooooo!!!!!!! XDDDDDDDDDDDD
Pues igual la Operación Fuera Zarrios 2 tampoco funciona.
ResponderEliminarPero ten por seguro, Speedy, que para la 6ª o la 7ª empezarás a oir crujir las paredes del armario y entonces tendrás que salir volando y ser testigo de una explosión que llevará prendas antediluvianas a Boston sur, Chipre y Jerez de la Frontera.
Avisada quedas :p
Te iba a decir que cualquier día de estos Speedymum entrará en tu cuarto a por el armario con un lanzallamas, pero... seguro que ve su viejo vestido y le entra la vena sentimental. ¡De tal palo tal astilla! XD
ResponderEliminarPero JuanRa, madre mía, qué catastrofista te veo, no? Aunque ahora que lo pienso algún aviso ya he tenido, la barra del armario ya se ha caído varias veces del peso... ¿Crees que mi probre armario trata de decirme algo? XDDDDDDDDDd
ResponderEliminarZorro, ¿un lanzallamas? Qué radicalidad, ¿no? De todas formas no le hace falta, ¿no ves que Speedymum tiene el superpoder de lanzar rayos por lo ojos? XDDDDDDDDDDDD