-Speedy... es que yo ya he hecho callo.
Así me explicaba el otro día un buen amigo, que está resistiendo como un campeón una larga racha de mini-desastres sentimentales, que cada vez le cuesta menos superar los desengaños amorosos. Los de pequeña escala, digo. Las cargas de profundidad del tipo pérdida del amor verdadero, perros del hortelano de alta intensidad y duración o dramas añadidos son otra historia. En eso no me meto, en esta entrada por lo menos, que ahí hay mucha tela que cortar. Él hablaba fundamentalmente de historias que no salen adelante o que no llegan a empezar porque los protagonistas no terminan de ponerse de acuerdo. El pan de cada día para muchos, vaya.
Y me puse a pensar... ¿Por qué se hace callo? Porque desaparece el factor sorpresa. Sufridos y superados un número suficiente de decepciones amorosas, todo el mundo se hace a la idea de que, en las cosas del corazón, hay unas altas probabilidades de fracaso. Existen tantas variables que pueden estropear esa frágil ecuación que es el comienzo de una pareja, que no nos coge desprevenidos cuando no nos salen las cuentas. Y si te lo esperas... parece que duele menos.
El caso es que en pocos temas de la vida es tan importante la ilusión como en el amor. Ya puedes tener todas las variables a tu favor, que como no creas que la cosa va a a salir bien... lo tienes crudo. Está demostrado que si te subes a unos taconazos pensando que te vas a caer, terminas cayéndote. Pues mucho más en el difícil equilibrio en el alambre que es el nacimiento de un nuevo amor, ¿no?
Y ahí está mi duda. ¿Cómo se hace para que los fracasos anteriores no resten enteros a tus niveles de ilusión? O lo contrario: ¿cómo se consigue que la ilusión no te ciegue y te impida vislumbrar una caída que si te coge desprevenida te va a romper en mil pedazos? Porque vale, si está escrito que te tienes que pegar una leche, te la vas a dar, no hay remedio. En esta vida, sin riesgo no hay recompensa. Pero qué menos que ver venir el tropezón, ¿no? Aunque sólo sea para demostrar que, tras la primera ronda de caídas, ya has aprendido a caer de pie.
Creo que el problema no es caer, es hasta hermoso, el problema es no saber levantarte y continuar.
ResponderEliminarBueno, hay gente así, y me incluyo.
ResponderEliminarUn fin de algo no es un final total. Sólo es el fin de ese algo y el principio de otro. Otra cosa es con qué fuerzas te veas para comenzar esa nueva etapa.
Cualquier relación es un salto al vacio, porque no sabes a ciencia cierta como va a ir la cosa. Y el que no salte, es que está dominado por el miedo a lo desconocido.
ResponderEliminarAhora una vez que saltas, es como el punto de no retorno de los aviones, si la relación fracasa, zas, ostia with de floor, ¿y entonces qué haces?.
Pues te levantas, porque esa persona no te merece, porque estar depre todo el día es un asco y tú quieres una vida larga y feliz, porque ser single por el momento no está tan mal, pese a quien le pese, y porque ya aparecerá alguien nuevo.
Si eso es hacer callo, pues mira, has hecho callo...el hombre es el único que tropieza dos veces con la misma piedra, y tres, y cuatro... xD
Ya llegará, y sino, cómprate unas buenas pilas^^
Entiendo un poco tu temor de perder la ilusión de las primeras veces que el corazón se enamora. Después del tiempo supongo nos volvemos escépticos y desconfiados. Eso no pasa sólo con las relaciones de pareja pasa con todas las relaciones humanas.
ResponderEliminarHombre, Papacangrejo, eso de que caer es hermoso...regulín, regulero. Que es inevitable, que te ayuda a aprender... bueno, pero hermoso, hermoso, no sé yo...
ResponderEliminarMisa, es bueno pensar que el fin de algo es el principio de otro algo... pero no siempre es fácil verlo así.
Akede, hacer callo sólo hace falta después de muchos "zas, ostia with de floor"
Patito, es verdad, pasacon todas las relaciones y es una pena, ¿no?
A mi ese callo empieza a caerme bien.
ResponderEliminarEl hecho de saber que las posibles ostias que me pegue se me van a pasar antes, me hace perderle miedo al salto al vacío.
y sigo siendo terriblemente miedosa.
Visto sólo como un amortiguador, el callo a mi también me mola! ;P
ResponderEliminarMe considero un cultivador nato de calabazas, lo cual, por otra parte, resulta muy útil a la hora de tener cosas que contar en el blog, pero por otra parte, es una putada.
ResponderEliminarA estas alturas, como bien dices, si fuera una persona inteligente, debería ser cuasi un ninja y verme las hostias venir, recibiendo así el golpe como es debido y cayendo de pie con una voltereta.
Pero no es así, supongo que lo achaco a que tengo la personalidad de un niño y me tiro a la piscina de cabeza aunque este vacía. Por otro lado, la hostia que me doy de cara me esta ahorrando unas buenas operaciones de nariz, la cual por cierto, no es precisamente pequeña. xD
Supongo que todos vivimos con la esperanza de encontrar la relación definitiva, el canto de la moneda, pero aprendemos a vivir con la enormisima probabilidad de que no saldra ese maravilloso milagro, sino una cosa mejor o peor, cara o cruz.