martes, 30 de agosto de 2011

El complot de los electrodomésticos

Yo solía creer en las coincidencias, en que hay muchas cosas en la vida que ocurren por casualidad. Años de lucha encarnizada contra los supervillanos y de desmontar planes maléficos para acabar con el Mundo me han hecho pensar que casi nada pasa porque sí (sobre todo si es malo y se repite periódicamente). Por eso, basándome en mi dilatada militancia en las fuerzas del bien, me atrevo a afirmar, sin lugar a dudas, que estoy siendo víctima de un complot. No sé orquestado por quién ni con qué fin, pero los hecho hablan por sí solos.

Desde que volé del Speedyhogar por primera vez (y de eso va a hacer pronto tres años) he sufrido una larga secuencia de averías de electrodomésticos. Esto no sería sospechoso si no fuera porque al arreglo de uno seguía al inmediato fallo del siguiente, así, sin solución de continuidad. Que aquello parecía más una carrera de relevos, que una casa normal y corriente.

En mi primera superguarida no había tele. Me costó unos meses de esforzado ahorro dar la bienvenida a una, que en cuanto asomó una esquina de su pantalla de 40 pulgadas por la puerta, le dio la vez a la lavadora para declararse en huelga. Fueran necesarias arduas negociaciones con mi casera de aquel entonces para convencerla de que llamara a un técnico que la arreglara y pusiera fin a su paro laboral. Y cuando ya me las prometía yo muy felices con una casa llena de ropa limpia y películas de sobremesa de serie B... fue el turno de la minicadena.

Mi radiocasette y yo ya habíamos vivido mucho juntos. Fue mi primera gran compra (chispas), allá por el Pleistoceno, cuando aún ahorraba metiendo las monedas en un cerdito de barro. Me había acompañado fielmente en mis viajes a Capilandia mientras cursaba los estudios de contadora y mis sucesivos destinos en búsqueda de curro, pero nada dura eternamente. Y escogió ese momento para decir un adiós largo y doloroso. Primero dejaron de funcionar los CD, después perdió su buen toque con las cintas y finalmente tenía dificultades para sintonizar la radio. En ese punto decidí poner fin a su sufrimiento y dejarla ir.

A la defunción de mi minicadena siguió un repentino cambio de residencia. Visto y no visto. Pensé que casa nueva, vida nueva y que el complot de los electrodomésticos no me seguiría hasta allí, pero me equivocaba. Un piso distinto debió de reiniciar el plan malvado, porque la lavadora cogió de nuevo el turno para tocarme las narices. Lo más gordo es que no era la misma lavadora de mi primera superguarida, pero debían de haberse fabricado en talleres parecidos o militar en el mismo sindicato, porque tanta reivindicación laboral lavadoril junta es difícil de creer.

Total, que garantizando un máximo de 3 lavados por semana y los domingos libres he conseguido que la lavadora vuelva al trabajo, justo el mismo día que mi tele, la de 40 pulgadas, decide convocar paros parciales. Pueda verla durante cinco minutos. Después hace ploff, pantalla en negro y adivina tú mismo como acaba la película que estabas viendo. Como los libros de Elige tu propia Aventura pero sin saltar de página a página.

La verdad, ahora tengo mis dudas. No sé si esta mala pata con los electrodomésticos es un complot de supervillanos para vencerme, una maldición que me ha echado alguna bruja resentida o un crecimiento natural de la conciencia sindical y las reivindicaciones laborales de mi maquinaria doméstica. Pero sea lo que sea, qué coñazo, oye.

14 comentarios:

  1. :p Pooobre Speedy! Utiliza tus superpoderes para que se caguen del miedo, así serán buenos una temporada ¿o no?

    Muchos besos

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  2. Estoy contigo; llevamos una temporadita en casa que es total. Oye, y lo que se echa de menos la lavadora ;).

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  3. Yo me he quedado ahora sin cadena musical en las dos casas, en Madrid y Barna y como ya no podía grabar cassettes que era lo único que leía el aparato de mi coche he tenido que cambiar el radiocassete de mi escarabajo(que me lo podía haber ahorrado porque con el manos libres venía toma para i-pod).
    En mi caso, los electrodomésticos duran exactamente diez años, me pasaba lo mismo con los relojes Swatch y con los chicos.

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  4. los planetas a veces se alinean para fastidiar hija.

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  5. Nada de coincidencias. Todos los superhéroes se enfrentan a un villano, y a ti te ha tocado Magneto, el villano de X-Men. Controla el magnetismo y crea campos de fuerza personales, por eso te fastidia los electrodomésticos.

    No sabría decirte cómo se le vence. Habrá que investigar.

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  6. Pues es más que evidente lo que ocurre. Tu supercinturón de plutonio crea interferencias con todos los aparatos de la casa.
    Ponte cómoda al llegar, una batita y punto.

    Claro, que si los malos se enteran...

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  7. ufff coñazo máximo cuando los básicos como lavadora, lavaplatos fallan. deberían dar fiesta por electrodoméstico estropeado!! aunque cualquiera va a Merkel y se lo explica...

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  8. Uyyyyyyyyyy, Bolboreta, a estos ni superpoderes ni leches! XDDD

    Doctora, y tú que lo digas, que ir a la luna ni ir a la luna... la lavadora es mucho mejor invento que los cohetes espaciales. Más útil, por lo menos ;P

    Pseudo, 10 años? te duran 10!!! años? pero qué suertuda, ¿no?

    Naray, yo soy como tu amiga, pero encima sin saber areglar las cosas que se estropean, así que peor!. Y entonces, ¿cómo es eso de esclavizar a los electrodomésticos? Cuenta, cuenta...

    Apple, y tanto.

    Maireen, pues ahora que lo dices, va a ser eso... oye, pues si investigando te enteras de como vencerle, me cuentas, vale? ;P

    JuanRa, que el cinturón de plutonio lo dejo en la cámara aislante especial, junto al carburante de mi supercoche... no puede ser eso! XDDDDDDDDD

    A Sandler, apoyo la moción, ¿dónde has dicho que hay que apuntarse para lo del día de fiesta?

    Kurai, que no mujer, que estas cosas me pasan a mi y ya... a ti no te van a pasar.

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  9. Deja los electrodomésticos en paz.

    Tan sólo son los mandados, pertrechados con un chip defectuoso de fábrica por megavillanos del país "déjatelosdineroscadatresocincoaños".

    Nadie los ha parado y pasa lo que pasa.
    Que las superheroínas están más preocupadas en pagar las facturas que en luchar.

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  10. Es un plan malvado. Mientras estés solucionando averias, no puedes salir a luchar contra el mal. Sencillo pero ingenioso.

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  11. Fiebre, no sé al resto de las superheroínas, pero a mí me tienen loca con las facturas! Conmigo su plan funciona! XDDDDDDD

    Y tanto, Papacangrejo, y tanto.

    Speedygirl

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  12. Dilecta superheroína, repita V. conmigo este mantra: me cago en la puta madre de la obsolescencia programada. No le servirá para nada, pero por lo menos tendrá conciencia de la causa de tantos males.
    Suyo,

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  13. Hans, resulta que todo es por la obsolescencia programada? SÓLO por eso?????? Pues vaya, los supervillanos ya no son lo que eran! ;P

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¡Eh, no te vayas sin decir nada! No tengo el superpoder de leerte la mente.