Speedytown es una ciudad bonita y tranquila pero si venís hoy a visitarla seguro que os creéis que habéis llegado al escenario de un horrible conflicto bélico, castigado por años de bombardeos aéreos y blanco de tres o cuatro bombas atómicas, por lo menos. Obras de todo tipo colapsan las calles, generando cientos de zanjas, montones de escombros y un indescriptible caos circulatorio que le dan el aspecto de una auténtica zona de guerra.
Este no es mi entorno ideal, pero podría aceptarlo si supiera que es algo temporal que va a cambiar a corto plazo. El problema es que Speedytown es una zona de guerra desde que soy capaz de recordar. La ciudad lleva años encadenando importantes proyectos que exigen la construcción de grandes infraestructuras y, por tanto, traen consigo una enorme cantidad de insoportables obras, insufribles ruidos, molesta suciedad y desesperantes atascos.
Al principio intentas ser comprensivo. Piensas que el importante proyecto de turno va a ser bueno para todos y que el sufrimiento es necesaro para el bien común. Te repites a tí mismo que, cuando terminen las obras, tendrás un puente nuevo para cruzar a la otra parte de la ciudad o una circunvalación que te librará del tráfico de la hora punta y vas aguantando. Pero después los trabajos acaban, el proyecto de turno pasa y antes de que te des cuenta ya han empezado con las obras del siguiente. Y entonces quiere gritarrrrrrrrrrrrrrrrrr.
Os lo digo en serio, esto va a ser un problema de salud pública. Si yo, que soy una persona pacífica que vela por el bien de la Humanidad, pienso unas 10 veces al día en asaltar cualquier administración pública con un bazooka y cargarme a todo el personal, no me quiero imaginar lo que planearán individuos con niveles altos de hostilidad reprimida. Y ya los tarados ni os cuento.
Pero es que al final nos van a volver locos a todos. Porque lo malo no son las obras. Lo peor son los cambios que traen consigo y que nadie tiene la brillante idea de avisar. Así, salir de casa cada día se convierte en una aventura.
-Todos los autobuses están desviados y las paradas provisionales se trasladan continuamente. La gente vaga por las calles buscando el cartel del bus que necesita y termina subiéndose a cualquiera, porque tampoco están claros los itinerarios. Obviamente muchas veces no le sirve y tiene que bajarse para coger otro. Hay que jugársela a un número, a ver si hay suerte. Al final te parece que estás en el casino, apostando en la ruleta. Rojo, par y pasa.
-El 90% de las calles están en obras y la peor es la avenida principal de la ciudad, en la que también le han complicado la vida a los peatones. Las personas que quieran cruzar de una acera a otra tienen que hacerlo por los inseguros pasos que se han habilitado entre las zanjas y que están indicados. MAL indicados claro. Terminas recorriendo la calle de arriba a abajo diez veces siguiendo unas flechas que te llevan a cualquier lado menos a la acera de enfrente. ¿Tienes que cruzar Speedyvía? Pues sal de casa dos horas antes, o llegarás tarde a trabajar.
-Las obras obligan a cortar algunas calles y cambiar el sentido de otras para que los vehículos puedan llegar a algunas zonas. Señores responsables del urbanismo de Speedytown, igual les sorprende lo que les voy a decir pero, en casos como estos, viene bien poner un cartel. GRANDE, si es posible. Más que nada para que a los conductores no se crean que hay una invasión de kamikazes que se dedican a ir en sentido contrario o que se han creado pistas de coches de choque en medio de la ciudad.
Bueno, pues este es mi día a día desde hace años. La parte buena es que nunca te aburres, siempre que sales de casa te encuentras alguna sopresa. En el fondo está guay, si alguien quiere probarlo, hacedme una visita. Os reservo plaza en el Speedyhogar.
Y me pregunto yo ¿siendo una heroína con superpoderes, no podrás volar sobre obras y zanjas y llegar a tiempo al trabajo?
ResponderEliminarYo si pudiera lo haría, a la mierda la identidad secreta.
Un saludo
A mí me desperteron el lunes las obras del Speedytranvía, estoy hasta los fornollos ya...
ResponderEliminarExorsister, no creas que no lo he pensado, pero tal y como están los ánimos, si yo vuelo sobre las obras y la gente me ve, me apedrea por pura envidia de no poder hacer ellos lo mismo.
ResponderEliminarImpredecible, uhmmmm, no sé yo si creerme que te despertaron las obras del Speedytranvía... sobre todo porque sospecho que no vives en Speedytown y que sólo quieres despistarme. Tienes pinta de ser de la Ciudad Lluviosa o por ahí...
¡Cuidado con tu identidad secreta, que te la quieren levantar!
ResponderEliminarZor, todo controlado, don't worry! XDDD
ResponderEliminarLos de provincas suspiramos por la gran ciudad.
ResponderEliminarLos de la gran ciudad pensáis "Quién viviera en un pueblito..."
No nos conformamos nunca, ¿eh?
JuanRa yo no suelo quejarme de la gran ciudad, pero es que estas obras son la locura, de verdad...
ResponderEliminarCon este post es imposible ocultar tu town.
ResponderEliminarAdemás te has dejado de nombrar los vanguardistas sistemas de transporte: telefericos,barcas por el rio,tranvías...dicen que en lugar de taxis van a poner diligencias... y como hay muchos por aqui haciendo el indio les va a quedar un western fenomenal.
Me estreno después de un primer garbeo.
El chico de la Consuelo, shhhhhh, no le digas a nadie cuál es mi town, que corre peligro mi identidad secreta de superheroína. XDDDDDD Y, sí, jajajaj, tienes razón, sólo faltan las diligencias
ResponderEliminarTranqui speedy, soy una momia silenciosa enterrada en una zanja local.
ResponderEliminarme he reido un rato largo leyendo tu blos.sigo.