Pensé en buscar la lámpara de Aladín y pedirle tres deseos al genio que saliese de ella. Pero después me di cuenta de que eso implicaba que los eligiera yo y dado que mi historial de malas decisiones podría cuadrar perfectamente con esta conversación de abajo íbamos a hacer un pan con unas tortas.
Así que creo que lo que me vendría bien ahora es que apareciera mi hada madrina. Pero no un hada madrina de esas de voz dulce, aspecto entrañable y maneras tiernas. No. Un HADA MADRINA potente, en plan sargento de hierro. Un hada madrina en modo madre-imponiendo-orden que me pusiera las pilas y me escoscara un poquito la vida diciéndome por donde tengo que tirar a la vez que me da un pequeño empujoncillo mágico para que las cosas salgan. Porque un poco de magia me hace falta para atajar el atasco vital que llevo encima desde ni se sabe, pero una colleja moral para ver si espabilo de una vez tampoco me estaba de más, ya os lo digo.
Por eso mi Sargento Madrina no aparecería de repente de la nada tras un sonido de arpa, sino que entraría por la ventana vestida con mallas, deportivas y haciendo sonar un silbato ensordecedor. O igual con la banda sonora de la película Rocky, quién sabe. Dejaría de meter en mis bullullus turbios a ratones y pajarillos y utilizaría sus polvos mágicos para aumentar mi supervelocidad y que me diera tiempo a mi a coserme el vestido del baile y a conducir yo misma mi propia carroza-calabaza. Bueno, ni eso, porque ella sabría que menos es más y que no me haría falta ninguna carroza, que ir andando a los sitios evita los atascos, reduce las emisiones de Co2 a la atmósfera y contribuye a mantener un culete respingón que viene mejor que nunca ahora de cara al verano.
A mi Sargento Madrina ni se le ocurriría la tontada del zapatito de cristal sabiendo el desastre perpetuo que son mis pies y no me pondría de hora límite las 12 porque eso sería darme un excusa si la Misión Baile resultara un fiasco. "Nada de es que no me ha dado tiempo. Estate en el baile el rato que tengas que estar. Despliega tu encanto. Impresiónale con tu inteligencia. Sorpréndele con tu ingenio. Deja caer tu @ de twitter por si es lento de reflejos y necesita ver la repetición de la jugada al día siguiente. Y si con todo eso no se pispa, aborta misión y ya fijaremos otro objetivo. Y ni un drama ni medio, ¿eh? Que hay muchos peces en el mar. Será por príncipes azules..."
Y es que Sargento Madrina me seguiría la bola con lo del príncipe porque sabe que a mí me va el salseo y que el aburrimiento es muy malo, pero también tiene claro que soy un cítrico completo, así que lo de ir buscando mitades por la vida no le parecería algo prioritario. Le preocuparía más que le echara bemoles y que le dijera a mi madrastra que ahí se queda, que yo me basto y me sobro para buscarme un curro y un piso donde vivir a mi bola. Le importaría más que terminara de encontrarme a mi misma porque nadie podrá conocerme si yo no sé bien quién soy. Le interesaría más que consiguiera tener claro qué quiero hacer con mi vida, sobre todo para pensar un par de conjuros que me ayudaran a lograrlo. Porque por mucho sargento de hierro en mallas que fuera, mi hada madrina no dejaría de ser, como todas, una madraza y un corazón con patas.
Así que, Sargento Madrina, si estas por ahí, te espero con los brazos abiertos.
¡ABRACADABRA!
¡HOCUS POCUS!
No sé cuáles son las palabras mágicas, pero aparece, anda...
Por favor.
Con el talento que vas dejando por aquí, apostaría a que puedes influir en más gente de la que crees. Sin darte cuenta.
ResponderEliminar¿Pues no me acabas de crear la necesidad incontenible de escuchar el tema Hocus Pocus de los Focus? Si no, no duermo, hala.
Creo que tú misma te bastas y te sobras.
ResponderEliminarY lo sabes...
Si eres capaz de verbalizar todo lo que te hace falta de ésta manera...solo te queda actuar.Échate los polvos mágicos tú misma...que ya estás tardando.