Creo firmemente que las excusas están para darlas y para aceptarlas. La vida sería muy dura si todos dijéramos siempre todo lo que nos pasa por la cabeza. Si no te apetece asistir a la típica cena de compromiso, dices que tienes trabajo, si prefieres morirte antes que hacer un plan con los compañeros de curro en fin de semana, dices que tienes una boda y si de lo que tienes cero de gana es de ir a esa boda, aseguras (con tiempo suficiente, claro, que no es cuestión de hacer faenas) que tienes que quedarte cuidando a un familiar. Es así, todos los hacemos, mentimos como bellacos. Son mentirijillas piadosas para evitar momentos incómodos totalmente innecesarios. Y son inofensivas.
Ahora bien, hay que tener criterio para saber cuando viene bien soltar una pequeña trola que no va a ningún lado y cuándo es vital decir la verdad. Y hace falta tener ojo clínico porque a veces las situaciones son casi idénticas, pero lo que conviene en cada una es bien distinto.
Por ejemplo, si una amiga tuya que está baja de ánimos se hace un cambio de imagen radical y no te convecen mucho los resultados, no se lo digas. ¿Para qué? Ya se ha cortado el pelo, o teñido o tirado toda su ropa, así que ya es tarde para solucionarlo. Ser sincera sólo servirá para bajarle una autoestima que probablemente ya tiene a la altura de los tobillos. Sin embargo, si esa misma amiga te dice dos meses después que piensa cometer de nuevo tamaño estropicio capilar, di la verdad. Tu obligación es protegerla de sus decisiones, que son un peligro para sí misma y para los demás. Y si flipa con tus cambios de opinión... pues que flipe.
El terreno de las habilidades y aficiones son también arenas movedizas. Si a tu hermano le encanta tocar la guitarra y va el hombre haciendo sus cosillas con el grupo que se acaba de montar (y al que seguramente no le van a dar un Grammy mañana) tu obligación es convertirte en su fan número uno y gritar como la que más en sus conciertos. ¿Para qué le vas a quitar la ilusión, con lo mucho que liga el pobrecillo desde que ha aprendido a explotar su papel de músico atormentado? Ahora bien, si lo que quiere tu hermanito es dejar su trabajo y gastarse todos sus ahorros en grabar un disco que le servirá para forrar su habitación 100 veces con las copias que no va a vender... es el momento de coger el toro por los cuernos y decirle la verdad sobre su falta de oído. Aunque duela.
Tampoco es fácil acertar en las conversaciones-ruptura, las que ponen fin a una relación sentimental, ya sea de años o que ha durado cinco minutos (en cuestiones del corazón, la duración no siempre está directamente relacionada con el dolor que se genera). En estas horribles charlas yo recomendaría siempre la máxima sinceridad posible combinada con el mayor nivel de tacto que se pueda conseguir.
Decirle a alguien que no le quieres lo suficiente como para pasar toda la vida con él/ella siempre va a ser una leche descomunal. Por eso no está de más suavizarla con palabras cariñosas y destacando virtudes y buenos momentos. Pero ¡OJO! que no se te vaya la mano, que el que tienes enfrente se va a agarrar a un clavo ardiendo para hacerse ilusiones de que tu NO no es definitivo. Hay que ser claro, pero no brutal. Y se puede conseguir, que yo tengo varios amigos/as (no muchos, es cierto) que lo consiguen. Siempre les digo que pongan una academia, que a más de uno no le vendrían mal unas clasecitas para aprender el truco...
Y es que compañeros, como decía el famoso anuncio, no es lo mismo conducir, que conducir. No es lo mismo.
Me encanta ese anuncio.
ResponderEliminarYo peco de poco diplomatica, si no quieres saber la verdad NO preguntes, y la línea divisoria entre diplomacia e hipocresía es muuuuuy delgada.
Sentido común y empatía....mmmmmm, vale.
Mentiras piadosas
ResponderEliminarYo siempre digo cuando me preguntan:"¿La verdad o para quedar bien?". Todos piden la verdad aunque lo que quieren es que quedes bien, así que eso hago. Siempre dependiendo de la situación y el caso claro.
ResponderEliminarSobre esta entrada ¿quieres la verdad o para quedar bien? ...
Pues si que es difícil saber cuando decir la verdad desnuda y cuando dorar un poquitín la píldora. Es regla general aprender a callar para no lastimar brutalmente. Es un arte decir la verdad entre mentiras para que se entienda pero sin descorazonar al oyente, si tienes un amigo con ese don pues si debe poner la academia y volverse millonario enseñándolo.
ResponderEliminarjaja he tenido la misma idea que el chico de la consuelo "mentira piadosas " de Sabina .
ResponderEliminarLa diplomacia es un arte dificil de dominar
Unbesazo
Más razón que una santa! Te lo digo yo!!!
ResponderEliminarBESOS
Speedy, tu deberías ir dando conferencias por universidades y simposiums y anfiteatros y todo lo que reuna mucha peña. Creo que se te está desarrollando otro superpoder, el de la lucidez mental.
ResponderEliminarEstamos de suerte contigo, hija. :)
Totalmente de acuerdo con tus reflexiones >.<
ResponderEliminarBesos ^^!
A mí me hubiera hecho falta una clase o dos de esos amigos tuyos hace unos cuantos años... ahora, no tengo en mente repetir la experiencia, pero dejar a otra persona siempre es difícil por desgracia.
ResponderEliminarEn cuanto a mentirijillas y mentiras blancas, a patadas como es natural. ^^
Pseudo, no sé, es que eso de la hipocresía es otro debate... también habría mucho que decir.
ResponderEliminarECDC, muy bien traido
Papcangrejo, y si vas a hacer lo que quieras... ¿para qué preguntas? XDDDDDDDDD
Patito, decir la verdad entre mentiras aún es más difícil...
Anusky, y tan difícil...
Bolboreta, pues si me lo dices tú, me lo creo XDDDDDDDDDDD
Jajaja, JuanRa, lo que le faltaba a la peña, que le de la brasa con mis movidas XDDDDDDDDDDD
Kurai, lo que yo te diga ;P
Sonix, a casi todo el mundo le harían falta unas clasecitas... aunque la mayoría no lo sabe. Y a todos nos iría mejor si lo supieran. ;P
Cuanta sabiduría!
ResponderEliminarA mi me cuesta muchísimo mentir, creo que se me nota enseguida. Tendré que practicar más... ;D
Pues yo depende en que situaciones soy muy diplomática, claro que aguanto hasta que algo me toca la moral, entonces soy incapaz de mentir.
ResponderEliminarA mi se me da fenomenal lo de las rupturas. Soy un poco bestia, sí, pero el primer fin es terminarlo y que sea definitivo. Y siempre lo consigo...
ResponderEliminarEL FIN JUSTIFICA LOS MEDIOS!!! :D
Tarambana, no es mentirrrrrrrrr, es suavizar la realidad por una buena causa, no seas Don Dramas, hombre! jajajajaja
ResponderEliminarAppel, es que cuando las manzanas se enfadan... se enfadan! ;P
Take Your Mama Out, miedo me das, madre mía! Tus conversaciones rupturas tiene que ser para grabarlas! ;P