Hace un millón de años me trasladé a Capilandia para cursar los estudios de contadora de cosas. Como la Speedyfamily está repartida por toda España, también allí, yo ya había estado muchas veces en esa ciudad, pero se ve que no me había fijado lo suficiente, porque al principio parecía Paco Martínez Soria, incluida la boina. No hacía más que ver cosas y vivir situaciones que me dejaban de piedra.
Ni os quiero contar la cara que se me quedó el primer día que vi a un señor pedir una pistola en la panadería. Pensé que era un chiflado hasta que oí que la panadera le contestaba que sólo le quedaban pistolines. Vale, o estoy en la versión gastronómica de "Alguien voló sobre el Nido del Cuco" o la lista ésta le está vacilando a un tarado y nos va a meter a todos en un lío. Después me di cuenta de que nadie se había extrañado lo más mínimo por la escena y que el señor en cuestión se había ido tan feliz, con su pan bajo el brazo, de los que deduje que pistola era barra. Ver para creer.
Al principio tampoco podía andar tranquila por la calle. Los semáforos para peatones de Capilandia duran dos milésimas de segundo en verde y dos horas en intermitente, es decir, justo lo contrario de los que ocurre en Speedytown. Aquí estamos habituados a no empezar a cruzar si vemos que el muñequito semafórico parpadea, porque eso significa que no te a va a dar tiempo a llegar al otro lado de la calle sin que te piten. Inocente de mí, al principio aplicaba la misma máxima en Capilandia y cuando llevaba dos pasos y las luces parpadeaban, volvía la acera de la que había salido para que el rojo no me pillara en medio de la calzada. Eso implicaba dos cosas: que quedaba como una pava ante los lugareños, que por supuesto cruzaban sin un estrés ni medio y que tardaba el doble en llegar a mi destino, porque claro, cada cruce era un suplicio.
Pero sin duda las situaciones más surrealistas las viví a causa de malentendidos originados en el lenguaje. Dejando aparte todos los vocablos que se emplean sólo en Speedytown y que nadie más entiende (lo que da por sí sólo para un post) hay además muchas palabras que están cambiadas de género, de pronunciación e incluso de significado. Para los espídicos (gentilicio que se inventó Zorro, así le nombro y no tengo que pagar derechos de autor) que alguien tenga mollas significa que tiene michelines, que tiene lorzas. Sin embargo en Capilandia utilizan esa expresión para describir a un chico que está musculado, que tiene un buen físico. Ya os podéis imaginar lo flipada que me quedaba yo con los primeros cotilleos de la universidad.
-Tenéis que ver al cañón de 1ªC. Jo, qué tío, tiene unas mollas...
-Ya, bueno, cada una tiene sus gustos, pero me alegra comprobar que nunca discutiremos por un chico.
O esas primeras impresiones, que dejan huella
-Anda, ¿ha empezado a llover? ¡Estás chipiado!
-Y tú eres gilipollas.
-¿Perdona?
-Ah, que pensaba que chipiado era un insulto.
O esas primeras quedadas
-Llegas tarde
-Perdón, es que he cogido tres capazos.
-¿Y qué haces ahora comprando carritos de bebé?
-Quiero decir, que me he encontrado por al calle con tres personas con las que me he parado a hablar un rato.
A veces me entraban dudas de que viviéramos en el mismo país.
Perdona que no te conteste ahora, no es que sea un jauto, es que estoy una miaja ocupao.
ResponderEliminarjo, yo que hablo muchos dialectos españoles y alguno africano, y con lo de coger capazos he flipado, yo uso la misma para expresar exageración... vamoh que no se paece en nah!
ResponderEliminarMolan mucho las diferencias de lenguaje que tenemos, a mi me encantan y confirman que idiomas como catalán, mallorquín y valenciano son mismo idioma, diferente dialecto (hordas de puristas a mi!) xD
Jajajaja, las diferencias de lenguaje molan...en Sitio Misterioso dicen "no me vaga" cuando quieren decir "no me da tiempo", y claro, si no lo sabes es un lío.
ResponderEliminarY yo también estaba así de perdida al llegar a Capilandia, sólo sabía ir del cole-de-cou a la residencia y viceversa (y a la estación, para poder volver a Sitio Misterioso, claro)
Cómo me suena todo esto, cómo me suena!!
ResponderEliminarYo pasé de ser alicantino a murciano, pero murciano de Yecla que es como pasar de ser español a ruso. XD
Aquí la barra de pan es rosco de pan (¿pero los roscos no eran redondos?) y las cosas "posadas" están bien tiesas. Lleva el pelo posao (lo lleva de punta)
Pero supiste actuar como yo, Speedy. Hay que seguirles la corriente :P
El Chico, jaja, jauto, eso no lo había oído.
ResponderEliminarH@n, ¿capazos exageración? No tenía ni idea. En frases como ¿"Anda, que no hace tanto calor, no te cojas un capazo y ponte la chaqueta"?
Bich, ¿no me vaga???? Si me dicen eso a mí sin avisar igual les contesto "Y tú más" jajajaja
JuanRa, ayyyyyyy, están locos estos murcianos, ¿eh? Lo mejor es ponerse el pelo posao y hacerse el sueco. jajaja
jo parece que no quiera contestar pero ahora me voy a rosigar las costillas que he dejado en el plato de la cena ahora que hemos acostado a los crios que han bolligao mucho toda la tarde.
ResponderEliminar¿Ya has descubierto la churreria que te decía o no?
Tendría que habeme visto la primera vez que subi al metro. En lo que tarda la señal acustica entre y sali tres veces, la gente se descojonaba de mi, porque no sabía para donde tirar. Fue bastante gracioso hasta para mi.
ResponderEliminar¡Jajajaja! A mí me pasó lo mismo cuando conocí a El Ese. Tengo que publicar un diccionario cántabro-español.
ResponderEliminarEl Chico... tú si que bolligas, sí... Y me costó descifrar tu clave (XDDDDDD) pero sí, por fin descubrí la churrería que me decías.. ¡y no la he probado! Así que te digo dos cosas: que de la semana que viene no pasa que voy a conocerla y que a partir de ahora te voy a tener controlado, porque ya veo que manejas información privilegiada de primer nivel, como los supervillanos. XDDDDDDD
ResponderEliminarPapacangrejo, las primeras veces de mucha gente en el Metro son para grabarlas. Yo al principio salía siempre por la salida contraria a la mía...
Doctora, espero impaciente el diccionario cántabro-español, tiene que ser como para verlo. XDDD
Lo mío en Capilandia fue llegar a una cafetería y pedir un biquini y un chucho, era una niña y menos mal que allí estaba mi madre que ante la malencarada actitud del camarero corrigió:un "sandwich" mixto y un bollo suizo.(Ella nunca se hizo a vivir en provincias).
ResponderEliminarPseudosocióloga, jaja, yo había oído biquini, pero para otro tipo de comida y chucho para otro tipo de dulce... Tampoco nos habríamos entendido, ¿eh? XDDD
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