jueves, 6 de febrero de 2025

Epaminondas otra vez

Lo que me faltaba para el duro, amiguis. 

Ya os conté que estoy de nuevo envuelta en la locura teatrera, que esta vez no hay guion al que agarrarse y que eso lo complica todo. Por un lado, la técnica es más difícil y por otro me ha pillado a mi en medio de un bloqueo creativo tochísimo, lo que se traduce en que me está costando la vida misma aprender y mejorar. Y como yo soy muy de exagerar os voy a poner un ejemplo para que veáis que no exagero ni un pelo.

Si tienes que crear algo de la nada en tiempo real, una de las directrices básicas es aceptar todo lo que invente tu compañero de escena. Si entras pensando hacer el papel de un ladrón que va a robar una casa y él te saluda: "Hombre, papá, ya estás levantado", game over, tu historia del atraco se cae y de repente es tu hijo y la acción empieza ahí, no hay más vuelta de hoja. Si tu idea era viajar a la India y el otro actor dice que los pilotos de Iberia están de huelga, tu vuelo cancelado, se siente. Me explico, ¿no? Hay que seguirle la bola con lo que sea, está prohibido negar.

Parece una directriz sencilla, pero no lo es tanto como parece. Yo los primeros días estaba tan bloqueada, tan falta de agilidad, que negaba sin darme cuenta. Queriendo mantener la coherencia del personaje, crear conflicto, no aceptaba premisas y cuando al acabar mis compañeros me decían: "¡Me has negado todo!", yo contestaba sorprendida: "¿En serio? " porque ni siquiera era consciente de ello.

Total, que indignada conmigo misma por fallar en algo tan primordial, comencé una cruzada contra la negación. Antes muerta que dejar de aceptar lo que fuera. Pasara lo que pasara yo iba a decir que si. Y entonces el otro día...

-Vale, paramos aquí la impro. No vais a llegar a ningún sitio si tú nunca le niegas nada a él.

-Pero, pero, pero, pero...¡si está prohibido negar! Estaba poniendo toda mi alma y todas mis fuerzas en no negar.

-Ya, pero una historia necesita un conflicto, un problema que solucionar, si le dices que sí a todo no contáis nada.

-Pero, pero, pero, pero... si había que aceptar siempre.

-Ya, pero la acción no avanza si estáis de acuerdo en todo.

-Pero, pero, pero... 

Y aquí estamos otra vez. Interpretando mal indicaciones. Aplicando directrices donde no toca. Aprendiendo la lección equivocada. 

Siendo Epaminondas ooootra vez.

1 comentario:

  1. Hay que hablar el primero, el otro te seguirá en primera instancia y entonces atacas a la yugular. Por lo menos estas en tu escena imaginada.
    Ahora tú tienes que negarte a hacer eso
    Abrazoooo

    ResponderEliminar

¡Eh, no te vayas sin decir nada! No tengo el superpoder de leerte la mente.