martes, 24 de septiembre de 2024

De bofetón

Al loro, que venía a contaros una buena noticia (ya era hora después de la racha de entradas pozo negro que llevo) y hasta en esto soy capaz de autoboicotearme. Es que es como para darme bofetones hasta la hora del almuerzo y después todo el día. En fin...

Lo voy a resumir, que si no, no llego al meollo nunca. Después de que la Supermovida casi acabara conmigo juré y perjuré que no iba a estudiar nada más. Y... sí, como os estáis imaginando, incumplí. Por probar y ver si me gustaba, me apunté a una cosa sin hacer research previo, sólo porque me sonaba bien. Ya lo sé, no soy el lápiz más afilado del estuche. El caso es que la movida nueva resultó empezar en el segundo cuatrimestre (con toda mi motivación olvidada en el primero), ser una materia muchísimo más árida de lo que me esperaba y llegar justo cuando se me cayó el mundo encima por un problema personal. Vamos, todo a favor, ya lo veis.

Aún así, por no perder el dinero de la matrícula, lo intenté. Aquello me sonaba a chino mandarín y estaba tan triste que leía los apuntes cayéndome lágrimas de los ojos, así que, como supondréis, llegué a junio sin tener ni idea. Ni me presenté.

Después la angustia fue remitiendo, yo tuve tiempo en vacaciones para mirarme algo y decidí jugar la carta de septiembre. Aquello seguía siendo chino mandarín, llegué con los conocimientos justos para pasar un examen razonablemente sencillo y me encontré con la prueba más difícil de la historia de la asignatura. No lo digo yo, lo dicen las miles de reclamaciones de alumnos y los testimonios de personas que se presentaban por cuarta vez y que nunca antes habían visto algo parecido. Como sería la cosa que subieron medio punto de forma general a todos, por los resultados obtenidos. Agüita.

El tema es que yo me vi allí, en el test más tecnologizado que he hecho en mi vida (los tiempos avanzan que es una barbaridad, chica, pero esto ya lo contaré en otra entrada) con un debate interno. Las respuestas que sabía seguras no eran suficientes para aprobar, así que tenía que jugármela. Los errores restaban mucho y yo suelo ser bastante cauta por mi legendaria mala suerte, pero en un arranque de rabia, quizá por la mala racha de la que venía, pensé: "Hay que morir matando. Como si saco un cero.". Y dicho y hecho: x, x, x, x, Respondí las que me sonaban bastante. Las que por descarte parecían razonables. Las de pito pito gorgorito. Contesté CASI todas y salí del examen esperando una calificación negativa, es decir, menor que cero al restar los fallos. La probabilidad no suele estar de mi parte.

Los días siguientes vinieron las reclamaciones y el foro de estudiantes en llamas por la dificultad de la prueba. Yo lo miraba todo sin indignación ninguna, como una vaca mira al tren esperando mi cero ampliado y cuando salieron las actas... aprobado. A-PRO-BA-DO.

No os puedo describir lo que sentí. Estupefacción, lo que más. Incredulidad, desde luego. Poco a poco, cuando la noticia fue calando, alegría. No por la nota (la materia me da igual y no pienso continuar) sino por el éxito. El primero en una laaaaarga racha de mierda. Y esa emoción debería predominar y asentarse, ¿no? Felicidad. Fe en que las cosas pueden salir bien, a veces, incluso, contra todo pronóstico. Esperanza en que es posible que la suerte me acompañe un tiempo, que ya me tocaba.

Debería pensar que es un mensaje del universo, una señal del cambio de ciclo, el pistoletazo de salida de un periodo de cosas buenas. ¿Y sabéis qué pensamiento intrusivo mierder se me cuela todo el tiempo? Que he gastado toda mi suerte en algo que me da igual y que ya no la tendré en los temas que me importan. 

Lo que os digo, es que soy de bofetón. DE BOFETÓN. Y no sé qué hacer para cambiarlo.

4 comentarios:

  1. gastar toda tu suerte,.....jajajaja, es cierto; eso pienso yo a veces y no tiene ningún sentido porque, como sabemos, la buena suerte se puede administrar cuándo y cómo uno guste, hasta que te la gastes y hasta el año que viene cuando vuelven a repartir, no?

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  2. A lo mejor debes intentar que todo te dé igual un poco. Como lo de aprobar o no el examen. Eso sí, me asombra esas ganas que te dan de desgastarte en cosas que sabes que no te van a servir de nada. :)

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  3. Uy si yo te contara sobre el concepto de matricula y rematricula. Y ya no te digo sobre desgastarse en batallas inutiles.
    Pero bueno, tambien tiene su gracia estas luchas heroicas y quijotescas
    y que sepas q no eres la unica.
    Bsssss

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  4. Y no dices la materia? Pensaba que lo desvelarias al final, no me gustan los finales abiertos.
    La suerte no se acumula en el banco y la sacas cuando te hace falta. Va por rachas. Mañana , a primera hora en lo de la primitiva. A poner x x x x que ahora se te da bien.
    AnrZo y suerte.

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¡Eh, no te vayas sin decir nada! No tengo el superpoder de leerte la mente.