Iba a decir una cosa, pero como llevo en la blogoesfera más años que un árbol, se me ha ocurrido mirar a ver si ya lo había contado y resulta que sí, que esta turra ya tenía su check hace una década. Pero me he puesto a leer lo que escribí y resulta que dos lustros después sobre los mismo pienso distinto.Así que vamos al lío.
No os habréis dado cuenta porque en este blog apenas se nota (ejem ejem) pero una de mis peores condenas es un super mega maxi pesimismo extra de queso que me hace mirar un donut y ver sólo el agujero. Esto me venía en parte de manera natural y en parte como sistema de protección, en plan quien se pone en lo peor no tiene nada que perder. Me enteré que eso era una técnica extendida que incluso tenía nombre científico y en ese momento me pareció algo positivo que mi cerebro "amablemente" usaba para cuidarme. ¡JA! Ilusa...
Diez años después he aprendido a las malas que mi mente antes muerta que remar a favor de obra, que antes muerta que facilitarme la vida, que antes muerta que ayudar. Y que OBVIAMENTE esa super negatividad dopada con toneladas de esteroides sólo servía para verlo todo negro tizón, sufrir como una perra, dar la guerra por perdida antes de empezar y autosabotearme en batallas que ya nunca sabremos si podría haber ganado yendo con una mentalidad y un ánimo mejores. Ojalá en ese momento haber leído este hilo de Twitter
Si me encontrara a mi yo del pasado primero seguramente le pegaría y después le daría un único consejo: tienes al enemigo en casa, en concreto encima de las cejas. No te fíes.
Te entiendo muy bien, yo no soy de pesimismo defensivo, pero tengo otras formas de sabotearme.
ResponderEliminar