viernes, 31 de mayo de 2024

CO-INFORMATING infernal

Virgina Wolf quería una habitación propia. Yo ni siquiera pido tanto. Un ordenador. Un portátil. Una tablet. Un móvil con pantalla grandota. Lo que sea, de verdad, cualquier aparato pequeño o cutre que me permita hacer mis cosas. Pero para MI SOLA. ¡¡POR-FA-VOR!!

Creo de verdad que no hay situación más desesperante que querer hacer algo y que no te dejen en paz. Ya conté por aquí el incesante diluvio de interrupciones que cada minuto de cada día se interpone entre yo y la finalización de cualquier tarea, por simple o rápida que sea. De verdad os lo digo, ni los doce trabajos de Hércules, ni las 12 pruebas de Asterix, ni el laberinto del Minotauro. No habéis conocido tal infierno de desesperación en los días de vuestra vida. En serio. 

Bueno, pues a ello se añade ahora un tormento aún más nocivo para la productividad: el co-informating.

Explico el término para los que no lo conozcan. El co-informating es como el coliving a compartir piso, un eufemismo moderno para intentar suavizar la tortura china de SUFRIR un ordenador comunitario. Igual no os hacéis una idea porque ahora hay una media de tres pantallas y media por cabeza a cualquier edad, pero tener un sólo equipo informático para varias personas es la HEZ absoluta, el ZURULLO máximo, el megalodon de los MIERDOS maxi pro doble sorround. Es que, de verdad, me faltan palabras para expresarlo, ¡DENME MAYÚSCULAS MÁS GRANDES!

Para empezar porque es la interrupción elevada a la máxima potencia, claro. No terminas una frase que ya hay un "déjame un segundo", un "perdona, sólo esto y ya está" o un "a ver, ábreme ese documento" enseñando la patita por debajo de la puerta. Cualquier texto al que no le hayas dado a guardar cada milésima de segundo corre el peligro de que alguien lo cierre sin querer y se pierda para siempre. Y POR SUPUESTO olvídate de hacer cualquier tema personal en los momentos libres so pena de que lo vea media población mundial y salga en el telediario de Antena3. 

Cuando no es una cosa, es otra. Cuando no es por Pepito, es por Juanito. En verdad en verdad os digo: suplicios así pocos. Desesperante, exasperante, agobiante, inaguantable. Ganas de irse con Dante a ver si en alguno de los nueve círculos del infierno está la cosa un poco más tranquila. Si tengo que estar horas y horas encadenada a un tormento de fuego o de un tipo más mundano (como es el caso), qué mínimo que me dejen un poco a mi bola, ¿no? Por compasión..

viernes, 24 de mayo de 2024

Torturando a mi empollona interna

 


En el cole yo fui una megaempollona pro. Me quemaba las pestañas, pero sacaba una notas increíbles. Supongo que por eso me ha sorprendido tanto que la vida real no funcione así, que los resultados no tengan una relación tan directa con el esfuerzo. Que haya un montón de factores concurrente por los que puedes darlo todo para conseguir algo y aún así no lograrlo. En fin...

(Tranquis, no preocuparse que no voy a empezar otra vez con mis lloriqueos vitales, que esta entrada va por otro lado)

La cosa es que igual que algunas personas que han perdido mucho peso dicen que no importa lo que marque la báscula, ellos siempre llevarán un gordo dentro, los que han sido empollones de peques no pueden dejar de serlo. Ya no son sólo estudiantes, deben atender muchas más obligaciones que exámenes y clases y disponen de mucho menos tiempo, pero les cuesta adaptar el estudio a la nueva situación. Quieren (queremos) llevar el temario al dedillo aunque de forma objetiva las circunstancias lo hagan imposible. Y sufren (sufrimos) mucho más de lo necesario.

Después de la supermovida y el TITÁNICO PADECIMIENTO que supuso sacar adelante ese infierno compaginándolo con un trabajo a tiempo completo, juré y perjuré que NUNCA MAIS, que no me metería en algo parecido ni jarta de vino. Luego, en un momento vital tranquilo y feliz, quise probar con algo muuuuuucho más liviano, sólo para saber si me gustaba. El problema fue que la probatina en cuestión no comenzó nada más tomar la decisión, sino meses más tarde (calendarios académicos, ¿quién los entiende?), justo a la vez que empezaba una de los bajones emocionales más heavys que he soportado. Malditas las ganas de estudiar cuando lloras a todas horas, como os podéis imaginar.

Total, que cuando semanas después, con un INGENTE esfuerzo, he conseguido levantar la cabeza lo justo para abrir el libro, he hecho varios descubrimientos. Todos malos:

-La materia (que elegí al tun tún por como me sonaba el título porque no tenía nadie a quien preguntar) ha resultado ser un pestiño épico que no me gusta NADA.

-Además de ser la asignatura más difícil de mi nivel la han abordado con un manual farragoso e ininteligible que, dicho por el profe, la hace más infumable si cabe. Que él mismo se arrepiente de haberse apuntado para impartirla este año y que cuando él la estudió le gustó mucho más. Único mi teacher dando ánimos, ya lo veis.

-Y lo peor de todo, la han dado a toda leche, pero es larguíiiisima. Ya no llegaba a los temas que se han tratado, pero es que hay otros 3 que ni se han nombrado por falta de tiempo y que que entran igual. Y el examen es tipo test y a pillar.

Así las cosas, es por completo imposible llegar a primera convocatoria con una  remota posibilidad de aprobar, así que sólo me puedo plantear presentarme después de verano. Es la primera vez que me dejo una para septiembre sin intentarlo siquiera en junio y mi empollona interior esta corriendo en círculos y agitando los bracitos con cara de horror. Verás cuando se entere de que cuando nos presentemos vamos a catear igual porque la Speedy adulta no empollona se ha vuelto intolerante a la estupiditis académica que complica la redacción sólo para parecer más científico. Que ya no soporta retener por retener datos inútiles que se ve a kilómetros que no sirven para nada práctico. Y que va a bloquear con indignación los pocos ratos de estudio que consiga sacar exprimiendo al máximo mi casi desaparecida fuerza de voluntad.

Eso sí, amiguis, aquí y ahora os lo digo: sufrimiento cero. Bastante tengo con lo que tengo. En el momento que esto me quite mínimamente el sueño, a tomar aire fresco el tema. Está la cosa como para sufrir de gratis. Que diría Ozores: "No hija, nooooo".

miércoles, 22 de mayo de 2024

Vacaciones de mi misma

Estoy yendo a varios médicos últimamente. Ninguno de ellos me ha dado unas instrucciones demasiado claras que yo pueda entender y aplicar para mejorar mi estado actual. También os digo que no tendría que ser tan difícil mejorarlo dado que partimos del subsuelo, de un nivel de bienestar bajérrimo. Pero, chico, no sé, por lo visto debe de haber por ahí algún atasco que bloquea cualquier progreso significativo porque aquello no hay quien lo levante. Me siento paralizada, ni pa'lante ni pa'trás.

El caso, a lo que iba, es que no termino de comprender del todo las prescripciones médicas, pero me da la sensación de que todas apuntan de una manera u otra a que deje de ser yo. Que deje de comer lo mismo, de pensar como hasta ahora, de hacer las cosas como las he hecho siempre, de tomar decisiones iguales. Que desconecte, que ponga el modo avión, el cartel de no molestar y un mensaje automático de esos de "Speedy está fuera de la oficina en este momento, se pondrá en contacto contigo en cuanto le sea posible".

Vacaciones de mi misma. Suena genial. ¿Cómo se hace eso? ¿Donde esta el botón de off?

 

 




viernes, 17 de mayo de 2024

Epitafios

 


Llevo días intentando actualizar, pero como no hay forma humana de sacar nada ni medio apañado de esta jaula de grillos que tengo por cerebro, os dejo la imagen de una frase que podrían usar para mi epitafio. Al menos si no consigo ponerle remedio en lo que me quede por delante. Estamos en ello, no preocuparse. De momento, como palabras alternativas para mi lápida se barajan: "Ya he tocado donde no era" y "las grasas saturadas deberían estar en las acelgas".

El proceso de selección sigue abierto, no preocuparse tampoco.

Ale, que hemos sobrevivido a otra semana y ya viene el finde. ¡Aleluya hermanos! 

A disfrutarlo. Y por la sombra bombones.

viernes, 3 de mayo de 2024

Vivagym, no me presiones

Vosotros no os habréis enterado porque apenas he dado la turra por aquí (guiño, guiño, codazo), pero estoy en un bache heavy. Heavy, heavy nivel que he tenido ratos de querer bucear en una piscina de denso chocolate caliente, abrasarme y acabar con mi sufrimiento de la forma más dulce posible. Lo digo en plan jijijjaja porque qué remedio y porque decir que está siendo una época de mierda se queda a años luz del TREMENDO ZURULLO que en realidad estoy atravesando. Con evidente dificultad, dicho sea de paso.

Así las cosas, como os podéis imaginar, muchos días no estaba para tirar cohetes. Lo veía todo negro, cualquier cosa me costaba un mundo y salir de la cama era una auténtica proeza. Para qué voy a levantarme si Putin nos va a bombardear era el pensamiento más optimista que me cruzaba la mente. Aún así seguía porque qué remedio y porque paralizarme no haría más que empeorarlo, así que tiraba como podía con lo que podía. Pero se ve que estos actos de AUTÉNTICA HEROICIDAD dadas las circunstancias no le parecía suficiente al cabrito de mi gimnasio, que me mandaba mensajes de ánimo tan bonitos como este.


Que me daba ganas de contestarle: "A ver, VivaGym, del único deporte que tengo ganas ahora mismo es de lanzamiento de cabeza por la ventana desde un quinto piso, así que no me presiones, que me tiro".

El caso es que en un alarde de paciencia INFINITA no les bloqueé, mi ánimo ha ido mejorando leeeentamente, pero la calidad de sus mensajes no. Ahora tengo más fuerzas para encajarlos sin querer cortarme las venas, así que tienen que buscar nuevas y más eficaces formas de hundirme la moral.
 


¿Me dices que me quiero MORIR cada mañana levantándome al alba para ir al gym antes de currar a cambio de quemar 54 míseros vasos de gazpacho? VivaGym, hijo mío, eres único dando ánimos.Creo que ha llegado el momento de bloquearte.