viernes, 14 de junio de 2019

La isla mínima

A mi me va mal. Esto es una realidad objetiva, se ponga SpeedyMum como se ponga. Que podría irme peor es otra verdad como un templo, desde luego. Podría haberme quedado en el sitio o lisiada para siempre cuando me dio el Jamacuco Supremo (JS) y aquí estoy, casi al 100%. Podría haber nacido en un país de África y caminar 10 kilómetros cada día para conseguir agua potable y en mi superguarida los grifos funcionan de fábula. De hecho, tengo una superguarida en la que vivir a mis anchas, todo un lujo asiático en estos tiempos, no nos vamos a engañar. Podrían haber abusado de mí de pequeña, o haber sufrido un accidente que me dejara paralítica o padecer alguna patología mental que me impidiera vivir plenamente y nada de eso ha ocurrido, así que sí, tengo suerte, soy muy consciente.

Aún así, me va mal. Esto es así y es así. Y podría emplear el mismo argumento de la comparación (pero esta vez con mi entorno cercano más normalizado) para poner ejemplos, pero no me voy ni a molestar porque sois lectores inteligentes y ya me entendéis. Me va mal en términos generales. Si entramos en el detalle a todos nos va mal, claro, porque cada uno tiene sus propias batallas y luchas, de eso nadie se libra. La diferencia es que, en mi caso, es una cosa de conjunto. Las grandes cuestiones vitales, las que la mayoría usamos de base para hacer pivotar el resto sobre ellas, no chutan. No tiran ni pa'lante ni pa'atrás.  Lo que confiere al TODO un tufillo a atasco monumental de padre y muy señor mío.

No os confundáis. Aunque parezca lo contrario, ahora mismo esto me la chufla. Me preocupaba más antes, pero entre que ya son muchos años y he ido haciendo callo y que el JS me ha traído la útil revelación de que en cualquier momento puedes cascar el peine y no merece la pena amargarse por casi nada, pues la verdad es que ahora este tema lo llevo bastante bien. O sea, soy consciente, pero me la repampinfla.

Y vosotros os preguntaréis, ¿entonces por qué das la brasa con esto, tronca? Y yo os respondo: porque me acabo de dar cuenta de algo. Y es que, como me iba mal, yo me dedicaba exclusivamente a buscar maneras de darle la vuelta al tema. Con poca serenidad, he de reconocer. Eso me convirtió en una loca que corría de un lado a otro  haciendo todo aquello que pensaba (sin un criterio muy contrastado, además) que me acercaba a una solución. Como no funcionaba, aún lo intentaba con más ahínco y menos tranquilidad y reflexión. No miraba a mi alrededor, no me paraba a pensar, no evaluaba los resultados con respecto al esfuerzo invertido y, desde luego, no disfrutaba. Es más, odiaba la mayoría de lo que hacía. Pero daba igual, yo había desaparecido, el objetivo era enderezar aquello costara lo que costara, y yo, lo que quería, lo que me apetecía, lo que me gustaba, no era ni un factor a tener en cuenta. Mi espacio era cada vez más pequeñito, una isla microscópica, mínima, rodeada de un mar de "debería", "me conviene", "sería útil", "es la opción más responsable", "es un sacrificio necesario", "es lo más inteligente"

Esta era yo asediada por el mar de "deberías" y es una isla tan pequeña que no cabía ni la palmera esa.
La mía sí que era una isla mínima


¡Ojo cuidao! Que soy una luchadora. A mi estos esfuerzos titánicos me parecen requetebién y soy muy fan para conseguir un objetivo concreto: un sprint antes de un examen, ese plan loco en post de ese proyecto vital loco y cuando falla ese plan más loco aún... O sea, esas cosas sí, claro. Pero cuando el tema se alarga, qué te diga yo, TODA LA VIDA, igual es momento de parar y plantearse otras opciones, como reconocer que, bueno, chico, es lo que hay, a mi me va mal. Igual tampoco merece la pena matarse para intentar darle la vuelta. Sobre todo porque igual mañana la cosa cambia.

Y es que esa es otra. Si yo ahora hago lo que me sale del unicornio, el karma más. Así que, si al karma le da la gana, a lo mejor mañana me toca la lotería vital. Nunca se sabe.

3 comentarios:

  1. Tienes razón, a veces nos ofuscamos en ir por un lado, a contracorriente en lugar de cambiar de dirección e ir por donde la cosa fluye fácil. Un abrazo.

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  2. Me fastidia que tengas esa sensación tan negativa porque creo que no te la mereces. Siempre nos cuentas que haces un montón de cosas (por aquí te he leído cuando fuiste a clase de alemán, cuando aprendiste surf, cuando hiciste la "supermovida"...), está claro que eres trabajadora y que tienes una fuerza de voluntad tremenda. Pero a veces las cosas se tuercen más de lo que deberían, qué se le va a hacer.

    Espero que logres ampliar tu isla, pero también que conserves esa voluntad de hacer cosas, que es un tesoro enorme.

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  3. PapaCangrejo, bueno no sé, todo se ve muy claro a toro pasado, pero cuando estás metido en el bullullu cuesta distinguir cuando conviene una cosa y no otra.

    Tarambana, gracias, sí hombre sí, yo seguiré haciendo cosas, claro, no tiene que ver con eso tiene que ver con... bueno, que es difícil de explicar. Pero gracias.

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¡Eh, no te vayas sin decir nada! No tengo el superpoder de leerte la mente.