jueves, 1 de septiembre de 2016

Escritura hipocalórica IV

Del verano se pueden traer muchas cosas. Fotos, si has tenido tiempo de viajar por sitios nuevos. Moreno, si has tenido tiempo de tomar el sol. MorenazOs, si has tenido tiempo de darte una (o varias) alegrías para el cuerpo con compromiso de permanencia tras los meses estivales... Del verano se pueden traer muchas cosas y yo me he venido con la peor de todas: unos cuantos kilos de más.

No es la primera vez que me pasa. Ya os he contado otras veces que a la vuelta de vacaciones mi báscula suele quejarse (con razón) y tengo que declarar la guerra contra las calorías. No suele servir de mucho hasta que a mi cuerpo le da la gana de volver a su estado habitual, pero en fin, yo hago lo que puedo por eliminar a los huéspedes no deseados. Y en esas estamos ahora mismo. Ooooootra vez.

Y este año más que nunca porque lo de este año ha sido de juzgado de guardia. No os digo cuantos kilos polizones se me han colado en la maleta de vuelta de vacaciones porque no quiero ponerme a llorar, pero en todo caso han sido muchos. Demasiados. Así que es hora de tomar medidas.

La primera ha sido empezar a comer normal y no como si lo fueran a prohibir, cosa que era imposible conviviendo con Speedydad y su manía de llenar el speedyhogar de cosas buenisisisimas que me llaman a gritos desde la nevera. Ahora en mi despensa casi todo son víveres de supervivencia de los que sólo sirven para cuando te daría igual comer eso o la pata de una silla, del hambre que tienes. Una circunstancia que hace mucho más fácil ingerir un número razonable de calorías al día, qué duda cabe.

La segunda medida ha sido buscar una manera de hacer ejercicio con pocos sufrimientos, dolores y sin que se me salga el  corazón por la boca. Y no os creáis que ha sido tarea fácil, dada la deplorable forma física en la que me encuentro. Pero bueno, después de mucho pensar, analizar, preguntar y googlear parece que por fin tenemos un ganador. Y tiene cuatro ruedas. En cada pie. ¡Cuántas leches, tortazos y guarrazos varios veo en el horizontes, madre mía!

Ya os contaré, ya...

5 comentarios:

  1. No sabía que el patinaje adelgazase.

    Pero tienes mi apoyo.

    Y además, si te sale mal y te la pegas piensa que la comida de hospital tiene pocas calorías ;P

    Besos

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  2. ¿Has probado el Pokémon Go? Sí, lo juego, no me juzgues jajaja Al caso, hoy me ha saltado un logro: 100 kilómetros caminados desde que me lo instalase en julio. Vaya, que igual no es un deporte como tal, pero desde luego en 100k se van varios miles de calorías.

    PD: Yo he vuelto blanco, gordo, pobre y sin haber hecho la mitad de las cosas que tenía planeadas... ¡VE-RA-NA-ZO!

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  3. Cuatro ruedas en cada pie... O son las piernas del Inspector Gadget o son patines. ¡Y las dos cosas me parecen muy divertidas!

    Por cierto, cada vez que hablas de "morenazos" pienso en unos Filipinos (esas rosquillitas de chocolate, ya sabes) de marca blanca (no sé si son los de Mercadona o los de Lidl, pero se llaman así: Morenazos) :D

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¡Eh, no te vayas sin decir nada! No tengo el superpoder de leerte la mente.