jueves, 13 de marzo de 2014

Un síndrome como la copa de un pino

Tengo un síndrome del náufrago como la copa de un pino. Como la CO-PA-DE-UN-PI-NO. Tengo un síndrome del naufrago tan grande que hasta me he dado cuenta de que lo tengo, lo cual es ya es lo más de lo más.

Y es que lo típico es sufrirlo sin coscarse de nada. Lo normal cuando esta patología te ataca es que te creas que tú estás perfectamente y que el maromazo de turno es de verdad estupendísimo y maravilloso. Luego pasa el tiempo, lo superas y te das cuenta de que el chaval ni fu ni fa y que lo que pasaba es que tú te aburrías como un oso panda en medio de tu sequía prolongada. Pero claro, es que a toro pasado todos somos muy listos. La cosa es pisparse en el bullullu.

Y por suerte yo me he pispado. De todas formas, me da un poco lo mismo porque el síndrome lo sufro igual. ¿Que por qué sé que estoy afectada? Pues porque el que me ha infectado es igual que hace unos meses, cuando a mi ni me iba ni me venía. Con sus muchas cosas buenas y sus muchísimas cosas malas. Con sus inconvenientes. Con sus "yo eso ni de coña". Con sus "ayyyyy, qué pereza, por favor". Con sus "¿me voy a meter yo a  estas alturas en un movidón de ese calibre?" Todos los contra siguen allí, pero ahora el chaval más me viene que me va. Por eso sé que estoy infectada.

Supongo que también influye en mi síndrome que los pros han crecido en estos meses. Le he conocido más y aunque en el párrafo de arriba le he descrito como un peor de la vida, la verdad es que es un chico majete. Y listo. Y divertido. Y buen niño. Lo que pasa es que es todo eso en nivel "ni fu ni fa". Por eso precisamente, no tiene sentido que me pase lo que me pasa.

Que me apetezca encontrármelo de camino al curro. Que me haga ilusión que se acuerde de todo (pero de TO-DO) lo que tiene que ver conmigo. Que me encante que me llame jefa. Que me mole que me diga eso de "me parece fatal que no me has contado...." Que me hagan tanta gracia sus bromas. Que nos toque trabajar cara con cara, a un centímetro y me sorprenda a mi misma pensando: "Ayyyyy, por favor, pero estas ganas de darle un muerdo, ¿a qué fin?"

¡Madre del amor hermoso, qué pedazo de cacho de síndrome del náufrago me ha dado! Oye, vosotros que lo sabéis todo, pastillas contra esto, ¿dónde venden?

8 comentarios:

  1. No había leído tu "síndrome del naufragio"....buenísimo...yo le llamo "no tienes otro perro que te ladre" peeero a veces pasa que te enamoras de alguien con el tieeeeempo y tiene su aquel porque para cuando os enrolleis tienes ya cierta complicidad y muchas ganas...de verdad....
    Así que el mejor remedio es enrollarse, y si no funciona, el sídrome desaparece.

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  2. Speedy, ¿cuando ha tenido sentido esto del amor?

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  3. Siempre me ha parecido una frase bastante tonta así que no me puedo creer que vaya yo a decirla, pero allá va: piensas demasiado.

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  4. jajaja, Pseudo, pues sí, enrollarse es la solución para el 99% de los problemas del mundo

    Pues nunca, Papacangrejo, eso es una gran verdad

    Doctora, ¿tú crees? ;P

    Holden, jajaja, claro, el de náufragos los sabe todo, todo y todo ;P

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  5. Pues parece un chico muy majete (aunque califiques todas sus virtudes como "ni fu ni fa"). A lo mejor es buena idea intentar un "acercamiento"... ;)

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  6. El síndrome del naugrafo es habitual...

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  7. Pues no sé Tarambana, ya os contaré...

    Jordim y tanto!

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¡Eh, no te vayas sin decir nada! No tengo el superpoder de leerte la mente.