lunes, 22 de abril de 2013

La duda perpetua

Lo malo de no tener lo que quieres no es no tener lo que quieres. Ni la frustración que ello conlleva. Ni la rabia que te produce. Ni la falta absoluta de compresión del porqué. Ni siquiera la cara de idiota que se te queda. Lo PEOR de no tener lo que quieres es esa sensación de no hacer lo que debes, de no estar donde tienes que estar.

¿Sabéis cuando tienes un examen y cero ganas de estudiar, que al final no haces ni el huevo, pero no puedes disfrutar de tu vagancia ni de las actividades en las que pierdes tu tiempo porque hay una vocecilla insoportable en tu cerebro que te abrasa permanentemente con que deberías estar estudiando? Pues un poco lo mismo, pero en plan general.

Quiero decir... Que cuando al día a día le pides cosas sencillas, lo normal, lo que tiene mucha gente, y a la vida no le peta dártelo, piensas que en algo te estarás equivocando. Tú haces lo habitual, lo que en teoría debería dar resultados, lo que a los demás se los ha dado, pero a ti no te funciona e intentas otras cosas. Y cuando éstas tampoco surten efecto, otras. Y cuando las últimas fallan, otras más. Como el tema no tira pa'lante hagas lo que hagas, empiezas a pensar que igual no depende todo de ti, que a lo mejor hace falta que la vida colabore. Pero bueno, tampoco te vas a quedar sentada, ¿no? Y sigues haciendo cosas. ¡Qué remedio!

El caso es que han perdido completamente la confianza en que lo que haces sea lo adecuado, en que sirva para algo. Y entonces aparece la duda perpetua. La vocecilla en tu cerebro que cuando eliges hacer A y no funciona, te susurra que deberías haber hecho B. Y cuando optas por B y tampoco da resultado, te machaca con que lo acertado era la C. Y cuando te tomas un descanso para coger fuerzas y seguir en la pelea, te da la chapa con que deberías estar ya peleando.

La duda perpetua es una brasas total. Si te sientas, te convence de que sería mejor que te levantaras. Si te vas, está segura de que sería preferible que te quedaras y si te quedas, no le cabe ninguna duda de que lo acertado era irse a donde está pasando todo, que, desde luego, no es donde tú te encuentras.

Para la duda perpetua nunca estás donde tienes que estar. Y claro, así te va.

13 comentarios:

  1. ¿Te lo pasas bien haciendo lo que haces, aunque a veces no consigas los resultados esperados? Pues envía la duda a la mierda y punto.

    Lo importante en pasárselo bien.

    Besos, queen.

    ResponderEliminar
  2. Grandes enemigos de la mente son los "y si...?". Veneno.
    Y no hay manera de disfrutar el camino elegido, imaginando que el elegido es incorrecto y que alguno de los alternativos que se han desechado puede ser el correcto.

    La solución supongo que pasa por encontrarse a uno mismo en el camino que se esté recorriendo.

    besos

    ResponderEliminar
  3. Joe, cuánto te entiendo... La duda perpetua, incertidumbre por doquier!!

    ResponderEliminar
  4. Alguien dijo una vez que la vida sólo puede ser entendida en mirando hacia atrás, pero sólo puede ser vivida mirando hacia adelante. Vamos que una vez tomada una decisión, es inútil preguntarse qué habría pasado. Claro que lo hacemos todos, porque es imposible escapar al propio lado masoca...

    Anónimo F

    ResponderEliminar
  5. Tenía una compañera de trabajo que me contó que de pequeña era muy creyente, pero muy, muy mala. Estaba convencida de que Dios existía y que si ella se portaba mal y hacía sufrir a sus padres era porque Dios quería que fuese así, que ella no tenía culpa de nada.

    Me pareció una filosofía cojonuda. Por lo general no creo en Dios, ni en el destino, ni en que las cosas ya están decididas y no podemos cambiarlas, pero a veces, cuando me entran las dudas que te entran a ti, cuando las cosas me salen mal, me reconforta pensar que quizá ha pasado lo mejor. Es muy frustrante no encontrar trabajo, ni pareja, ni saber bien qué coño haces en el mundo, ni adonde vas, pero últimamente, cuando se me cierra una puerta pienso que no era para mí, que no debía subirme a ese tren. Que mi momento llegará, que me esperan cosas estupendas y que haré cosas importantes en el futuro.

    Quizá no sea verdad, puede que todo empeore más aún, o que nunca llegue a nada, pero ya que el presente y el pasado son un rollo, ¿por qué me voy a amargar el futuro también?.

    ResponderEliminar
  6. Dicen que para disfrutar de la vida no tienes que intentar hacer lo que te gusta, sino que tienes que intentar que te guste lo que haces. Así que lo que hagas estará bien hecho.

    Por mi parte, solo puedo mandarte todo mi apoyo, aunque sea desde la distancia. Estoy seguro de que aciertas casi siempre. :)

    ResponderEliminar
  7. Tengo una teoría muy simple: quien hace lo que puede no está obligado a más. Yo creo que no debemos exigirnos más que lo que podemos, y en ese caso no debemos sentir frustración ante unos anhelos que no se realizan, quizás sea sólo una cuestión de tiempo.

    La vida da muchas bofetadas y hemos de ser buenos encajadores, poner la otra mejilla y estar preparados para lo que nos depare el devenir, que si lo miramos un poco desde "fuera" no siempre es tan malo como nos parece.

    Ufff!! cuánta filosofía!!!

    Besos

    ResponderEliminar
  8. Daniel, mandar a la duda a la mierda, fácil de decir, difícil de hacer

    Rain, pufff!!! Bueno, no, requetepuff!! ;P

    Blase, y tanto! ;P

    Anonimo F, pues es que esa es la cosa, mirar al futuro. No pensaría en las decisiones pasadas si salieran bien. Pero como salen mal, lo único que se me ocurre es pensarlo para ver que ha fallado y tomar la decisión correcta la próxima vez. Y el precio de repetir este proceso una y otra vez es la duda perpetua. Si conoces un sistema mejor para intentar dejar de cagarla en la vida, estoy abierta a sugerencias.

    Doctora, buena actitud. Ya me gustaría a mi tener esa fe en el futuro.

    Tarambana, si acertara casi siempre las cosas no estarían como están. Pero gracias por el apoyp. ;P

    ResponderEliminar
  9. Para no repetirme insistiré en que la duda perpetua no puedes dejar que se instale en tu mente. Es mejor hacer y no actuar pensando en expectativas demasiado concretas. Que los hados lo persigan a uno es una sensación demasiado peligrosa y tan letal como la kryptonita para tu colega de superheroicidades Supermán.....
    Mejor llorar un poquito pero para luego seguir......

    ResponderEliminar
  10. Me confieso esclavo total de la duda perpetua, es una cabrona muy malvada. Pero creo que si aparece es por algo, así que en realidad más que joder, me ayuda a seguir buscando.
    Por cierto, muy identificado con los exámenes y las cero ganas de estudiar jeje.
    Besos!!

    ResponderEliminar
  11. Muchacha, te digo muy en serio que me estoy planteando ponerte en plantilla! ya llevas un par de entradas con las que me siento identificada en extremo, cada palabra que leo podría haber salido de mi teclado.

    Lejos de ser reconfortante...me limito a observar y apoyar.
    Sé de buena tinta que esto no te ayudará, pero igual alguno de tus seguidores nos desvela el secreto para tomar decisiones de las que no te vayas a arrepentir...

    Así pues, ÁNIMO!! me quedo por aquí cerquita.

    Besos

    ResponderEliminar
  12. Euclides, ya... pero a ver quien sabe controlar las expectativas... desde luego yo no.

    Mi Yo, la duda te ayuda a seguir buscando??? Pues oye, por lo menos te sirve para algo, esa suerte que tienes ;P

    Pipa, pues será que al final a todos nos pasa un poco lo mismo... ;P Y ojalá algún lector nos pudiera desvelar el secreto para tomar decisiones sinh arrepentirse, pero mucho temo que no hay secreto que valga ;P

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si no hay duda, no hay ensayo. Y si no hay ensayo, no hay error. Si no dudo nunca llegaré a la solución correcta... ¿Se nota mucho que soy de ciencias? jajaja

      Eliminar

¡Eh, no te vayas sin decir nada! No tengo el superpoder de leerte la mente.