En serio, como broma ya ha valido. Muy bien, muy interesante, no se puede decir que nos aburramos, pero ya vale, de verdad.
Si algo no vimos venir en esta generación de cristal, de problemas del primer mundo, de todo a golpe de click, de redes sociales, de postureo, de ansiedad, depresión y sufrimiento autoinfligido es que íbamos a tener una movida tocha real como una guerra. Es que ni por asomo se nos hubiera ocurrido.
Sobre todo porque marrones hemos tenido, ¿eh? Que no es que hayamos estado tranquis. Pero han sido movidas "de cuello blanco", más sofisticadas, menos tradicionales. Se pinchó una burbuja y nos arruinó a todos durante décadas. Un notas se comió un murciélago y otros cinco años de dificultades económicas acuciadas por las mascarillas y la distancia social. No nos hemos privado de corrupción, volcanes, inundaciones, Filomenas... De todo menos aburrirnos.
Pero como somos el Netflix de los marcianos se ve que había que añadirle emoción a la nueva temporada con un clásico que nunca falla: una buena guerra mundial, que hacía ya unos añitos que no nos metíamos en ninguna.
Y yo sólo tengo una cosa que decirles a los guionistas de la vida y para ello voy a autocitarme: