domingo, 23 de enero de 2022

Mucho ego

Antes de que la blogoesfera estirara la pata, allá por el Pleistoceno superior, había muchos blogs personales y, por tanto, muchas críticas a los blogs personales. Algunos pseudoexpertos en redes los llamaban irónicamente los "hoy me ha mirado", como haciendo referencia a que el autor buscaba ser el centro de atención contando cosas sobre su vida y sus pensamientos. Muchos no blogueros, de hecho, acusaban a los autores de ser unos egocéntricos que sólo escribían para hablar de ellos.

Siempre me ha hecho gracia esta crítica y ahora más, claro. Porque siempre, pero hoy más que nunca, las redes sociales van de eso, de enseñar tu vida a los demás, de hablar de ti. Todo quisqui hace foto al plato del restaurante para publicar lo que ha desayunado y seguro que entre ellos están tooooooodos esos que acusaban a los blogueros de tener mucho ego por hacer textos sobre sus cosas. Ah, pero tu post de la tostada con aguacate en el hotel del viaje a Formentera no es para nada egocéntrico, ¿eh?

De hecho, ya antes del Instagram y TikTok universales, esta crítica era un absurdo. Porque a ver, ¿de qué tratan las canciones? ¿las películas? ¿los libros? De nosotros, de lo que nos pasa, que es lo que mejor conocemos. Pero TO-DOS.

Que se lo digan a Taylor Swift que nos ha relatado su vida amorosa temazo a temazo. O a Shakira, que cuando estaba in love total con Piqué nos castigó con la tortura esa de la boca redondita y la barbita (y eso que ella era mucho más de meter caña. Mogollón de sus hits como este o este huelen a novietes cabritos que apestan).O a los precursores por excelencia del antepasado de Tinder: las relaciones por carta. ¿O qué creéis, que Sergio Dalma no se escribía con una tal Galilea o que Miguel Ríos no compuso Santa Lucía a ver si conseguía convencer a su ligue a distancia de quedar en persona? Ya os digo yo que sí, aunque el nombre concreto no fuera Galilea.

Voy más allá: si tuviéramos una máquina del tiempo y viajáramos hasta los años de Cervantes, veríamos que en el día a día del Manco de Lepanto había alguien que recordaba lejanamente a Don Quijote y a Sancho. ¿Que luego, por supuesto, el tío es un crack que se inventa todo tipo de molinos de viento y aventuras varias para sacarse de la manga una novelaza de partirse de risa, que además es un retrato de la psicología humana? Pues sí, claro, porque Cervantes era un genio. Pero también me juego lo que sea a que más de un episodio de esa obra de arte tenía una inspiración real, por remota que fuera. Y no me imagino a los lectores de Cervantes criticándole en plan: "Hay que ver, el egocéntrico de Miguel ya está hablando otra vez de él en sus libros. Porque la Dulcinea del Toboso esa, que encima es la misma que Aldonza Lorenzo, me recuerda sospechosamente a su amor de juventud Aldoncilla Loren. De verdad, los escritores, cuánto ego tienen".

No sé. Rodar una película, componer música, pintar un cuadro, escribir lo que sea (con más o menos talento, me da igual) es, usando el término de moda, crear contenido. Llamadlo como queráis, pero al final significa poner algo donde no había nada. Partir de cero es muuucho más difícil, requiere más esfuerzo. Transformar hasta hacer irreconocible un episodio real, añadirle circunstancias y personajes inventados a una emoción verdadera es más sencillo, no hace falta tanta energía. Y además es suuuuuuuuuuuper liberador.

¿Los blogueros tienen mucho ego? No sé, si tú lo dices... Yo creo que todos hablamos todo el tiempo de nosotros, es la naturaleza humana. Unos lo hacen de copas con su pandilla, otros en conversaciones telefónicas infinitas con su madre, otros con fotos en Instagram, otros necesitan ponerle los acordes de una guitarra y a otros escribir es lo que les salva.

Pero asumidlo, colegas, seáis del grupo que seáis... estamos todos en el mismo barco.

5 comentarios:

  1. Tienes mucha razón, Speedy. Solo añadiría lo que dijo el sabio Dr.Jhonson: "Creativo solo es Dios y la naturaleza. El hombre tan solo copia".

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  2. Cabronidas, sí, eso desde luego.
    Devoradora, pues eso...

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  3. Pseudo, a mi directamente no, pero lo lei en comentarios y era tema habitual entre amigos no blogueros con sus amigos blogueros. Sé de muchos. Yo como en mi vida en 3D voy de incognito eso no lo he oído.

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¡Eh, no te vayas sin decir nada! No tengo el superpoder de leerte la mente.