miércoles, 22 de marzo de 2017

La superpoderosa ermitaña de las cumbres

Contra todo pronóstico, sobreviví a la batalla encarnizada que mis anticuerpos libraron contra un violento virus la semana pasada. Fue una lucha sin cuartel que terminó bien, pero que me dejó para el arrastre. Tuve dos infernales días de curro para recuperarme y el finde no se me ocurrió otra brillante ida que irme de excursión. A la nieve. Para desconectar y tal. Claro que sí, guapi.

El caso es que yo creía haberme apuntado a un día tranquilo de pasear y tomar el sol en la montaña. Y bueno, nada más lejos de la realidad. Lo pensé porque mi amiga (desde el otro día, EXAMIGA) me vendió la moto del relax y la tranquilidad, pero es cierto que yo tampoco supe reconocer las señales: si te dicen que además de las raquetas de nieve alquiles crampones y piolets lo mínimo es olerse la tostada un poco. Pero yo, que estaba medio convaleciente del proceso viral superado por mi cuerpo hacía nada, no me cosqué ni miaja. Y así pasó lo que pasó, claro.

Que por poco desaparece una superheroina de la llanura para aparecer una ermitaña superpoderosa en las más altas cumbres. Y es que no sé cómo el ligero y agradable paseo previsto se convirtió en una extenuante subida por paredes de hielo que me llevaba, no hace falta ni decirlo, con la lengua fuera. Iba la última de la expedición al más puro estilo Evans en este temazo de Mecano.



Y si subir fue un problema, ni os quiero contar bajar, por laderas completamente verticales escurridizas a más no poder y con unas preciosas vistas que dejaban más que claro que si perdías el equilibrio bajabas rodando y sin obstáculos hasta los pies de la montaña. Unos 2000 metros de nada. Lo que se dice un descenso rápido y efectivo. Así que te agarrabas a cualquier saliente con pies, manos y las pestañas, si te descuidas.

Sorprendentemente, ahora me duelen músculos del cuerpo que no sabía que existían. No sé por qué será...

4 comentarios:

  1. Te diría que te quedaras con lo positivo, pero supongo que ya lo has hecho. A mí no me pillan en una de esas ni borracho. Según empiezan a subir, me doy media vuelta y les espero en cualquier bar cercano...
    Besos.

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  2. ¡Uf!...a mi se me escapa esa necesidad de subir, pasar frío...demostrarte tus límites...con las cosas que hay por hacer en ésta corta vida.
    Pero oye...como experiencia...da para una entrada.

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  3. Hay muchos tipos de villanos. Están los que quieren conquistar el mundo, los que quieren vengarse del héroe, los que quieren que la gente sufra algo parecido a lo que ellos sufren y después están los que te invitan a ir a la montaña para dar un "paseo" y luego te ves sudando la gota gorda.

    No sé por qué el cine o la literatura no le dedican más tiempo a estos últimos villanos, son de los peores y creo que cada vez hay más ;P

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  4. No, si el día estuvo bien, pero hay que reconocer que fue mucho cartucho para mi. Y ami me pillaron porque estaba tan concentrada mirando al suelo para no tropezar con los crampones, que no miré atrás. Si llego a ver la altura a la que ya estábamos me habría dado la vuelta mucho antes. pero cuando me di cuenta ya habíamos recorrido tanto qu no me acordaba del camino de vuelta ;P

    Pseudo, pasamos de todo menos drío, hacía calor de verano, yo ya no sabía donde guardar toda la ropa de invierno que me había llevado, otro fardo con el que cargar para arriba jajaja

    Doctora, yo también creo que haría buena falta una peli sobre estos villanos jajaja

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¡Eh, no te vayas sin decir nada! No tengo el superpoder de leerte la mente.