viernes, 24 de junio de 2016

Menudo panorama

He estado mucho tiempo desaparecida, así que para los que hace la tira que no me leen, para los poco habituales y los que han acabado aquí de casualidad gracias a los inescrutables caminos de San Google, resumen rápido:

Yo nunca he sido una persona lo que se entiende habitualmente por normal (partamos de esa base). Hace tres años se me ocurrió la brillante idea de meterme en la SuperMovida, que me ha tenido tres años estresadísima, colapsada total y al borde de la locura. Hubo muchos momentos en los que pensé que iba a morir en el intento, pero contra todo pronóstico la semana pasada terminó la tortura estudiantil y sigo viva. Ahora, lo que ya no se puede decir con tanta seguridad es que haya salido indemne, porque daños sí que ha habido, sí... Por lo menos mentales. Y de otro tipo seguramente también.

¿Que por qué digo esto? Pues muy fácil: porque si yo antes nunca había sido muy centrada, ahora estoy tarumba total. Hago cosas de juzgado de guardia. Cosas como despertarme en mi sofá, a las cuatro de la mañana, con la tele y la luz encendidas sin ni siquiera recordar haberme sentado allí. Combatir la ola de calor que ha invadido de repente Speedytown a base de gazpacho y pasearme por la calle amorrada a un tetrabrick de ese líquido al más puro estilo borracho abrazado a su cartón de vino. Acudir emocionada a mi primer día de piscina del verano y llegar sin un triste bañador que ponerme. Que ya es gordo olvidarse la toalla o la crema solar, pero dejarse el único elemento imprescindible para una jornada de diversión acuática es para nota.

Con este cuerpo y con este espíritu llego cada mañana a mi curro que todavía no ha salido por aquí, pero que ya saldrá, ya, porque hay mucha tela que cortar. El caso es que allí ahora es momento de máxima agitación porque coinciden muchas cosas y hay la tira de personas entrando y saliendo a todas horas. Aquello parece el camarote de los hermanos Marx. Y mis jornadas laborales transcurren tal que así:

-Que le diga a María que Enma ensaya el domingo pero vestida de comunión, que el disfraz ya se lo llevaron ayer. Ah, que no sabes seguro si es sábado o domingo. Que te suena que es en fin de semana...

-Bien, pues te reservo dos piezas, pero ¿de qué tipo? Ah, que no te acuerdas del nombre. Pero, ¿sabes para que sirven? Ah, tampoco. Y el tamaño que me pides... ese tamaño no existe: son de 10 o de 20, de 15 no hay. Pues nada, llama a alguien que sepa lo que quieres reservar y ya me dices.

-Ajá, que en esos papeles que hay que presentar en no sé qué institución y de los que yo no sé nada porque ni los he preparado, ni los he revisado ni entregado ni nada, falta no sé qué sello de no sé que certificado que casualmente ha emitido la misma institución desde la que me estás llamando tú. Bien, pues voy a ver si hago una carrera de cinco años para entender el recado que me estás dejando y se lo digo a alguien que sepa de qué leches me estás hablando.

-Estooo, sí, he hecho lo que he podido ordenando el almacén, pero claro, hay cosas que nunca sabes muy bien donde meter, porque a ver, seamos claros, una gallina de goma no encaja en ningún sitio.

-Que eres Pedro... muy bien... ¿qué Pedro? ¡Ah, claro! Sí, una persona con la que hablé hace un millón de años una sola vez, ¡cómo he osado no reconocerte por la voz! ¿Que te de el teléfono de una cliente sin su permiso y sin que ella sepa que me lo pides a mi ni nada? Si, si, claaaaaaaaaaaaaro, por supuesto, ahora mismo.

-¿Quieres siete de tamaño 10 o 10 de tamaño siete? Siete de 10 y 12 de 20... ah, que no, que ahora prefieres 10.. ah, que te llevas dos, uno lo dejas aquí con un nombre para que lo recojan cuando les de la gana, dos las pagas tú, pero es sorpresa y se las tengo que dar a otro que no sé ni quién es, ni qué cara tiene, pero que sea secreto...

-¿Que eres el de antes? ¿Quien de antes? He cogido 35 llamadas en las última hora...

Y todo el rato así. Menudo panorama.

5 comentarios:

  1. A veces en la vida necesitas tener a mano una gallina de goma. Quizás ahora no no lo entiendas, pero cuando llegue el momento lo entenderás.

    Besos :)

    ResponderEliminar
  2. Bueno se entiende, poco a poco hasta volver a la normalidad, ¿o es esa?

    ResponderEliminar
  3. Y tanto, Pseudo, y tanto....

    Doctora, si, es verdad, nunca se sabe.

    PapaCangrejo, no es la normalidad, pero casi casi. Ya os contaré, ya...

    El primo..., tampoco hay mucho que pillar... ;P

    ResponderEliminar

¡Eh, no te vayas sin decir nada! No tengo el superpoder de leerte la mente.