viernes, 14 de agosto de 2015

Rarunos

¿Soy yo o cada vez hay más raros por la vida? Raros. Gente rara. De esos de los que no entiendes como piensan o por qué reaccionan como reaccionan. De esas personas a las que en el 90% de las ocasiones les contestarías: ¿pero qué leches te pasa? Y ¡ojo! que no tienen por qué ser desagradables, incluso a veces te caen bien, pero no puedes comprender como viven, lo que les importa o NO les importa, por qué son como son. No entiendes nada lo que, obviamente, lo complica todo.

Seguramente por algún terrible crimen que cometí en mi vida anterior, yo tengo una inusitada facilidad para toparme con raros. Bueno, en realidad esto podría ser simple mala suerte. Lo que se debe a mi más que dudosa habilidad es mantenerlos en mi vida. Porque yo veo que hay mucha gente por ahí, seguramente más lista que yo, que detecta un nivel medio elevado de rarunidad en quien sea y le manda a tomar aire fresco por la vía rápida. Saben que les va a traer complicaciones y en aras de la sencillez y la tranquilidad se deshacen de ellos en cuanto pueden. A mi me cuesta más.

No sé... siempre creo que les terminaré entendiendo. O por lo menos que aprenderé a llevarles. En ese intervalo de tiempo les cojo cariño y después de eso se me hace difícil darles pasaporte. El problema es que eso de entenderles a la hora de la verdad ocurre poco. Lo que suele pasar es que me acostumbro a lo raruno y lo voy sobrellevando como puedo. Algunas veces lo consigo. Muchas otras, los días en los que los niveles de rarunismo se intensifican ampliamente, no entiendo nada, cosa que equivale casi siempre a un cabreo. O a un disgusto. O a una decepción. Es poco frecuente que no entender algo te provoque sentimientos positivos. Por lo menos a mi.

Al principio, cuando eres joven e inexperta,  preguntas, claro. ¿Por qué has desaparecido una semana? ¿Por qué has reaccionado así? ¿Por qué no has reaccionado en absoluto? Ayyyyyyy, bendita inocencia. Las explicaciones (si es que llegan, porque muchas veces los rarunos no saben, no quieren o no pueden explicar sus raruneces) aclararan poco, tirando a  nada. Y tú te quedas como estabas, con el mismo cabreo, disgusto o decepción que en el párrafo de arriba.

El truco sería la indiferencia, supongo. Ante una rarunez poder encogerse de hombros y decir, no sé, será que es raruno... Pero yo no puedo. No soy capaz. Y en el pecado llevo la penitencia.

7 comentarios:

  1. Porfa, ten cuidado con esas rarunadas... una cosa es gente que hace el raro, y otra muy distinta que te intenten avasallar. Que sean extraños los que te acompañan: si, genial, carácter propio y muy desarrollada personalidad. Que te maltraten psicológicamente: no.

    Yo no conozco la historia ni tu vida personal, pero por si acaso me preocupo. Si alguien que me importa desaparece de mi vida una semana entera sin darme explicaciones, cuando vuelva se encontrará la puerta cerrada.

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  2. cuando sus razonamientos no son logicos yo pienso que o son bobos o locos y en cualquier caso no conviene tenerlos en tu vida. bastante tenemos con aguantar a los locos de la familia de los que no podemos librarnos para añadir voluntariamente mas a nuestra vida; no seria logico :p

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  3. El problema de los raros es que no nos entendemos ni nosotros mismos, eso sí, como dices, eso no quiere decir que seamos mala gente!!!!

    Besos

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  4. En mi curro tengo dos compañeras muy raras. Una es como una tertuliana del Sálvame, una tía insoportable, siempre a la defensiva y que se cree el centro de todo. Y otra mujer más mayor que parece salida de la España más profunda. La segunda es inofensiva y ya he aprendido a tratarla, pero la primera me cae cada vez peor.

    He llegado a la conclusión de que con esa gente hay que hacer como con las ratas. O las matas o las dejas en paz, porque discutir con ellas es tontería. De momento consigo ignorarla, pero cuesta...

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  5. Holden, no, ya, los límites del maltrato psicológico hay que tenerlos claros, desde luego... pero a veces no es que se traspasen esos limites, es que... no se entiende igual donde están esos límites, sin más.

    a1, desde luego añadir más locura a la vida es de todo menos lógico, jajaja

    Sese, pues si no os entendéis ni vosotros mismos para qué queremos más, yo ni lo intento jajaja

    Doctora, síq ue cuesta ignorar a los rarunos, sí. es que lo colapsan todo.

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  6. Pues sí, hay gente raruna a montones por el mundo. Pero siempre y cuando sean buena gente (que sus rarezas no sean dañinas), lo mejor es aceptarlos.

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  7. La curiosidad es la que motiva a completar algunos puzzles aunque les falten piezas o las que hay no encajen exactamente en sus mordidas. Pero, eh!, quien no tiene una rareza, una singularidad o una extravagancia? Lo raro está, en ocasiones, en los ojos del que mira.

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¡Eh, no te vayas sin decir nada! No tengo el superpoder de leerte la mente.