miércoles, 6 de marzo de 2013

Ceguera teatral

El error más común en los que se inician en el mundo del teatro es pensar que la cosa consiste en subirse a un escenario y actuar. Y bueno, sí, eso es genial, pero es la punta del iceberg. Ya lo he explicado otras veces, el teatro es un trabajo en equipo: hay que ensayar y elaborar decorados y buscar atrezzo y seleccionar músicas para acompañar las transiciones y ayudar desde bambalinas a los cambios de los compañeros que están en el escenario y dar la réplica en las escenas y millones de cosas más. Estar bajo los focos mola porque es el momento de mostrar un trabajo, la puesta de largo de un esfuerzo común, pero es el 1% de la experiencia teatral.

Aún viviendo todo eso, hay estrechos de miras que sólo ven ese 1%. Y lo más gordo es que ni tan siquiera lo ven completo. Porque encima del escenario hay mucho tajo. Pero mucho mucho. Decir el texto es una parte mínima del trabajo. Los gestos, el ritmo, la actitud, las pausas, las miradas, los silencios y la intención son fundamentales para representar bien un papel. Diría que incluso más que las palabras. Los que miden la importancia de un personaje por las líneas que ocupa en el libreto están ciegos.

Y eso cuando hablamos de obras acabadas, de historias cerradas, pero la cosa se complica aún más cuando hay que improvisar, inventar una escena en tiempo real, mientras se representa. En esos casos la interpretación es casi lo de menos, lo vital es crear. En milésimas de segundo hay que pensar una situación original, con unos personajes bien definidos que sirvan para escenificar un conflicto, que llamen la atención, que enganchen y que, si puede ser, sean graciosos. Hay que tener la idea, lo que no es nada fácil y hay que ser capaz de explicarla rápidamente, para no perder al espectador en los escasos 15 segundos en los que decide si le interesa o no lo que haces.

Pero el trabajo no acaba allí. Hay que saber hacer avanzar la acción (que la tira de veces se queda enganchada en bucle cuando a nadie se le ocurre por donde salir) y saber ocupar los espacios en escena, para no taparse ni chocar unos con otros. Hay que tener visión de conjunto para ver venir los problemas, los saltos de texto o los olvidos y disponer de velocidad de reacción para resolver esos problemas que no se han podido ver venir.

Ya lo he dicho, pero insisto. En el escenario, como en la vida, hay mucho tajo. Pero mucho. Los protagonistas centran la atención, pero no son los únicos que cuentan. Sin los secundarios, sin los que tienen ideas, sin los que distribuyen la escena, sin los que montan decorados, sin los que buscan músicas, sin los que resuelven problemas, sin los que controlan el ritmo y los espacios, los protagonistas están vendidos. En el escenario, como en la vida, cada uno tiene su habilidad y todos somos necesarios. Los que sólo quieren ser protagonistas, a los que SÓLO les vale ser protagonistas, están ciegos.

13 comentarios:

  1. Eso ya no sé si es querer ser protagonista o tener afán de protagonismo, en plan divos. Cuanto más protagonista se sea, supongo que más trabajo tendrán que asumir.
    El teatro me parece algo muy difícil. Si lo comparo, por ejemplo, con el cine (ya hemos visto algún que otro making-of, donde se muestra la diferencie entre lo que se ve en pantalla y lo que sucede realmente en el plató), una escena de teatro no se puede interrumpir, todo es en tiempo real, no se está grabando para representar a posteriori. Creo que eso le da mucha dificultad. En una improvisación no se puede eliminar lo que esté mal. Lo que se haga será lo que quede. Ufff
    Hay que tener una madera especial para el teatro, sin duda.

    besos

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  2. ...y me da que lo dices por alguien muy concreto, ¿verdad? Pues si es así, que le den morcilla, porque no entender que algo como el teatro es un trabajo que va mucho más allá de una representación de hora y media o dos horas, es que no comprende su significado como arte y espectáculo ni el trabajo de la gente. Hace tiempo que no voy al teatro, y la verdad es que me gustaría... De momento, déjame que me quite el sombrero ante alguien que vive tan intensamente como lo has descrito algo tan bonito como el teatro. ¡Bien por ti!

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  3. Vanitas vanitatum, et omnia vanitas ... vale también para el caso, siempre habrá el que quiere ser el muerto en el velatorio, el niño en el bautizo, la novia en la boda, etc.... pero la preparación lo es todo para que algo (normalmente muy poco), luzca al final.

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  4. Precisamente por todo lo que comentas, y por lo que añade Rain, es por lo que voy con regularidad (un musical en el teatro es una pasada!). Una pena que la incultura general básica sea más la norma que la excepción...

    Anónimo F

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  5. Rain, pues eso es lo más gordo de todo, que hay mucha gente que quiere ser protagonista sin darle un palo al agua, lo que ya es el colmo de los colmos! ;P Y sobre lo de teatro y cine, pues es verdad... es que son dos rollos distintos, no sé si uno mejor que el otro, pero desde luego tiene muy poco que ver una cosa con la otra.

    Juan, pues no lo digo por nadie en concreto, porque, desgraciadamente, es un mal muy extendido, en todo grupo teatral siempre hay alguno con esta ceguera. Y es un auténtica pena, porque entorpecen el trabajo común.

    Pues sí, Euclides, de esos hay unos cuantos

    Anonimo F, pues sí que es una pena, sobre todo porque yo creo que hay gente que no le gusta el teatro porque nunca han ido. Si se animaran a ir alguna vez, se darían cuenta de que es mucho mejor de lo que se imaginan. Y por cierto, los musicales molan infinito!

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  6. A los que sólo les vale ser protagonistas, tarde o temprano los secundarios los acaban abandonando. Y entonces se dan cuenta de lo que valían, pero ya es tarde...

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  7. Pues sí, hay que tener en cuenta el trabajo de todo el equipo, que entre todos es como se consigue esa "magia" especial del teatro.

    Con todo esto del trabajo en equipo me he acordado de una obra que vi hace algún tiempo interpretada por la compañía "Margen" (no sé si los conoces, a mi me gustan muchísimo). La historia iba de un hombre que estaba en la actualidad en un hospital contando lo que le había pasado durante su juventud, así que el prota estaba vestido con un pijama y una bata. La cosa es que con unos pocos cambios de iluminación y un par de pequeñeces en el decorado, hacían que de repente salieras de la habitación de hospital del presente y te plantaras en un tren antiguo, la plaza de un pueblo y otros sitios diversos, y el prota parecía rejuvencer y encajar perfectamente allí (hacían que te olvidaras del pijama y la bata, y casi te lo imaginabas vestido de calle como el resto de personajes). Era alucinante que unas pocas personas situadas ahí delante consiguieran meterte tantísimo en situación.

    Lo que quiero decir es que entiendo que es un trabajo en equipo. Y que cuando sale bien, es una gozada. :)

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  8. Doctora A., lo que está claro es que tienen poca visión de conjunto, eso fijo ;P

    Tarambana, totalmente de acuerdo, cuando el teatro se hace bien es un poco mágico

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  9. Hoy sin que lo sepas has sido ejemplo para la tierna infancia...le he leido este post a mi churumbel ya que al pobre justamente hoy no le han dado el papel de protagonista que le hacia mucha ilusión en su grupo de teatro.

    sniffff!!!!!!!! lagrimas de padre al ver la carita de tristeza y fracaso del pequeño molondrón.

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  10. Tengo amigos que se dedican al teatro y te doy la razón. Es más cuando alguien amateur se embarca en uno de estos proyectos se da cuenta de que todo lo que narras es así, que nada falle, que la iluminación vaya bien, que los efectos sonoros no fallen, respetar las marcas del suelo, que nadie se equivoca.

    Y si algo falla, ser capaz de sacar adelante la escena.

    Será por ello que los verdaderos actores son unos enamorados del teatro.

    Besos

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  11. Me ha encantado esa última frase "Los que sólo quieren ser protagonistas, a los que SÓLO les vale ser protagonistas, están ciegos" cuanta razón!
    un beso!

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  12. ECDC, ¿de verdad???? Ah, pues me das un alegrón si mi entrada ha servido de algo! ;P Y los chiquitines son los que menos entienden este tema, claro, es totalmente lógico. Pero porfi, ECDC, anímale a que participe en la función, aunque su profe o quien sea no le haya dejado ser prota. Que se ilusione haciendo algo (lo que sea, pintar un decorado o ayudar a hacer a algo alguno de sus compañeros) y que vea que en la obra eso también se necesita y que sin él tampoco podría haber salido bien. Así no le dará tanta pena no se prota y a lo mejor hasta se aficiona al teatro para siempre! ;p

    Pues Pseudo, ahora mismo no demasiado, pero es un tema que se repite periodicamente, cada vez que hay reparto de papeles y al final te hartas de ver siempre las mismas actitudes, en mi opinión, totalmente equivocadas.

    Sese, "las marcas del suelo" jajaja, cómo se nota que conoces el tema, en las marcas del suelo solo se fijan los que han tenido que ponerlas y ensayar para respetarlas. Los demás dirían: "¿Qué marcas?" ;P

    Thanks, Pimiento

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¡Eh, no te vayas sin decir nada! No tengo el superpoder de leerte la mente.