viernes, 13 de junio de 2025

Mañana gripado


 

Siempre que se me ocurre una idea para el blog miro si ya lo he escrito aquí. Y con frecuencia encuentro algo parecido, relacionado o sobre el mismo tema. Porque 15 años dan para mucho, desde luego, pero también porque todos tenemos asuntos recurrentes que nos vienen a la cabeza una y otra vez. Por lo menos los que escribimos. Y lo sé porque en los libros de literatura del cole, cuando estudiabas cualquier autor siempre encontrabas un apartado de la lección dedicado a sus orígenes y referentes, otro para las etapas de su obra y otro llamado "obsesiones" o algo parecido. Y allí eras consciente de que peña tan lista como Aristoteles, Unamuno, Lorca o Emilia Pardo Bazán le daban vueltas a la cabeza como todo hijo de vecino, sólo que ellos además aprovechaban todo ese soprepensamiento para hacer algo bonito.
 
Total, todo el párrafo de arriba para decir que lo iba a escribir ya lo conté aquí, sólo que ahora pienso más cosas sobre lo mismo. Cosas que no me gustan nada. Porque si la idea es aguantar a mínimos, con las fuerzas justas para llegar al día siguiente, la clave es creer que después será mejor, que en algún momento las cosas cambiarán. CONFIAR en MAÑANA.
 
¿Y si hasta eso se te gripa? ¿Y si mañana ya no te sirve porque ya no consigues tragarte que mañana vaya a ser mejor que hoy? ¿Y si la palabra mágica, la única que podía salvarte (como dice el gran Casona en el texto de abajo) ya no funciona? 


ISABEL. Estaba desesperada... ¡no podía más! Nunca tuve una casa, ni un hermano, ni siquiera un amigo. Y, sin embargo, esperaba... esperaba en aquel cuartucho de hotel, sucio y frío. Ya ni siquiera pedía que me quisieran; me hubiera bastado alguien a quien querer yo. Ayer, cuando perdí mi trabajo, me sentí de pronto tan fracasada, tan inútil. Quería pensar en algo y no podía; sólo una idea estúpida me bailaba en la cabeza: "no vas a poder dormir... no vas a poder dormir". Fue entonces cuando se me ocurrió comprar el veronal. Seguramente las calles estaban llenas de luces y de gente como otras noches, pero yo no veía a nadie. Estaba lloviendo, pero yo no me di cuenta hasta que llegué a mi cuarto tiritando. Hasta aquel pobre vaso en que revolvía el veronal tenía rajado el vidrio. Y la idea estúpida iba creciendo: "¿por qué una noche sola...? ¿Por qué no dormirlas todas de una vez?" Algo muy hondo se rebelaba dentro de mi sangre mientras volcaba en el vaso el tubo entero; pero ni un clavo adonde agarrarme; ni un recuerdo, ni una esperanza... Una mujer terminada antes de empezar. Había apagado la luz y sin embargo cerré los ojos. De repente sentí como una pedrada en los cristales y algo cayó dentro de la habitación. Encendí temblando... Era un ramo de rosas rojas, y un papel con una sola palabra: "¡mañana!" ¿De dónde me venía aquel mensaje? ¿Quién fue capaz de encontrar entre tantas palabras inútiles la única que podía salvarme? "Mañana." Lo único que sentí es que ya no podía morir esa noche sin saberlo. Y me dormí con la lámpara encendida, abrazada a mis rosas ¡mías! las primeras que recibía en mi vida... y con aquella palabra buena calándome como otra lluvia: "¡mañana, mañana, mañana...!"
 
(Los árboles mueren de pie, Alejandro Casona.) 

1 comentario:

  1. Mucho animo!!
    Ver Del revés siempre ayuda!!
    Mi favorita es ansiedad
    A ver si me acerco a Disney y me compro una para mi cuarto
    y le rezaré un "cuatro esquinitas tiene mi cama" antes de acostarme
    te sigo siguiendo, a ver si normalizo sentarme al ordenador de nuevo.
    Besicos y no rebles que al final siempre escampa!!

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¡Eh, no te vayas sin decir nada! No tengo el superpoder de leerte la mente.