Es indecente volver del verano con una turra a 40 grados, pero lo tengo aquí atascado y no sale nada más. Seré breve, entre otras cosas porque no vais a entender ninguna de las referencias que voy a usar. Aún así creo que los que tengan un pasado de series televisivas común conmigo algo les va a sonar.
Embrujadas, ¿vale? Esa ida de olla de infinitos capítulos con trillones de villanos mágicos. (No será una joya audiovisual, pero es mítica, reconocedlo.) El caso, durante muchos episodios el poder más absoluto, más aún que el del demonio supremo Fuente de Todo Mal, era el vacío. No encuentro el vídeo en el que lo explican, a ver si con este os hacéis una idea.
Bueno, pues yo ahora siento un poco lo mismo, que la nada me come por dentro. Que estoy vacía, arrasada y que no logro reconstruirme de ninguna forma. No consigo que nada me importe ni me ilusione. Ojalá querer luchar (y por tanto sufrir, claro) por algo. No estoy loca, no pido una vida sin problemas, aquí cada uno tenemos lo nuestro. Pido tener movidas que yo quiera apañar, con un sentido y una significación para mi. Mark Manson lo explica mucho mejor que yo en su libro (del que ya os hablé,) así que le dejo a él.
-"No importa a dónde vayas, siempre habrá una montaña de 500 kilos de excremento esperándote. Y está bien. La cuestión no es alejarse del excremento. La cuestión es encontrar el tipo de excremento con el que disfrutes lidiar".
-"No esperes una vida sin problemas. No existe tal cosa. En vez de eso, espera una existencia llena de buenos problemas. Los problemas nunca terminan, simplemente se intercambian o se mejoran. La felicidad se consigue al resolver problemas. Resolver, no evadir. La verdadera felicidad solo ocurre cuando encuentras los problemas que disfrutas teniendo y resolviendo."
Y con esto y un bizcocho continuamos con la campaña Stop Turras. Por la sombra, bombones.
Ohhhhhh Alyssa Milano en Mel Rose Place. Muero totalmente!!!
ResponderEliminarTe leo y te sigo leyendo con preocupación.
Muaksss